¿Me amas? le pregunte...
No hubo silencio, pero tampoco sus labios dijeron que sí.
Allí quede parado esperando, esperando algo que nunca llegaría.
Me miro por ultima vez con su dulce mirada y marcho para no volver jamás.
Quise ser fuerte, pero no supe contener mis lágrimas y como si de una rosa marchita se
tratara, me derrumbe sobre el suelo.
Una suave brisa mecía mi cabello y secaba mis lágrimas.
Aquel día jure que nunca más volvería a llorar por alguien,
aunque todos sabemos que con el paso del tiempo volvemos a cometer la misma locura.
Hay muchos fallos en este texto, de todas maneras espero que el mensaje transmitido no fuera confuso.
