Y así fue como el último metro cuadrado de la Argentina sin sembrar enfrentó a dos chacareros.
- Mire, Zoilo, el que la alambrada se haya cáido con el paso del tiempo, no quita que este metro sea mio ¿vio?
- No sea codicioso, Don Carlos, pero sepa que a mí no me interesa el dichoso metro. Es que no tengo codicia, pero está en la familia desde los tiempos de mi finado abuelo.
- Señor mío, le pido de manera amable y como paisanos que somos que se retire. Tengo los planos del catastro municipal, y este metro es mío.
- Y dígame si se puede saber... ¿para qué quiere usté un roñoso metro cuadrado de tierra?
- Pos nos han dicho siempre que la pampa era inmensa. Pero ha visto, nuestros padres la han sembrado enterita con soja, lo que ha desertificado casi todo el páis. Ahora cada metro cuadrado es vital, se nos va la vida con la tierra, y si esto es mío y me pertenece lo viá cultivar, qué lo tiró.
- Pensar que antes nos peleábamos por las hetáreas. Ahora, por los metros cuadrados. Ansina, pué. Adiós Don Carlos, y que le sea de provecho.
Dicho esto, Zoilo se fue adentrando por el desierto. Ya había pasado más de media hora bajo el peligroso sol de febrero, que quemaba los sesos a los peones que no tenían sombrero. Si se apuraba, llegaría para las casas entero.
Don Carlos se deshacía de contento. Buscó en su bolsillo las semillas y las tiró en una herida en la tierra.
- Esta vez vas a prender, no?- le hablaba a la tierra, como vislumbrando la planta que llegaría a crecer.- Pues será así. Y tendremos soja otra vez.

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3 Comentarios

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  Dantemaresca

  Por algo el hombre es el único animal que tropieza dos veces con la misma piedra.

  10/04/08 06:04

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  Khas

  Viste? Volví a la ficción, pero siempre con un toque de crítica a la sociedad. De eso no me muevo.

  10/04/08 06:04

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  Marisol

  Hola khas para mi es un placer leer tus escritos
  sigue con tus ideas no cambies .
  
  besos .

  10/04/08 07:04