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El Día Menos Pensado

No podía parar de reírme y sonreír, es asombroso lo idiota que se puede llegar a parecer en momentos en los que intentas aparentar una actitud que realmente no sientes. El calor aplastante propio de esos días de agosto donde no corre un ápice de viento y los rayos del sol amenazan con cubrirte en una fina capa de sudor estaba haciendo mella en mí. Pero nada de lo escrito anteriormente tiene sentido si no te cuento la historia desde el principio.
Tras oír el despertador y mirarlo con los ojos entreabiertos, me dirigí a prepararme para ir a almorzar con mis amigos, al salir de casa se notaba que este primer día de fiestas iba a ser abrasador. La verdad es que no estaba tan emocionado como otra gente, más o menos sabia que mis fiestas iban a consistir en lo de siempre, salir a la noche de bares, saludar a todo el mundo y al día siguiente resaca (y básicamente hasta el quinto día que es hoy a consistido en eso, para daros una mejor idea de cómo soy tengo 21 años). Tras un almuerzo y una comida bastante alcoholizada y los termómetros marcando 39º C podéis haceros una idea del estado en el que me encontraba, no iba borracho haciendo eses ni en un estado deplorable, iba en ese punto en el que todo es fiesta y ignoras el resto de las cosas, hasta que claro nos sentamos en la terraza de un bar a echar el café y se sentaron en nuestra misma mesa unas conocidas de mis amigos, yo nunca había tenido relación con ellas, para mi eran conocidas de vista, pase el rato del café normal hablando y tal hasta que después de hora y media de café, me fije en la sonrisa de una de ellas, al cabo de un rato me empezó a hablar, y yo como soy bastante tímido no sabia lo que decir, pero llego un momento que con el calor aplastante propio de esos días de agosto, donde no corre un ápice de viento, y los rayos del sol amenazan con cubrirte en una fina capa de sudor, hizo mella en mí y de alguna manera empecé a fijarme en su sonrisa en sus ojos marrones y en como los cerraba a la hora de reírse, en su voz y en su pelo, en todo, ni siquiera se como describirla, al irnos del café fuimos de bares todos, ya os digo que no las conocía de nada y las sigo sin conocer, al ir a comprarme un cubata me siguió hasta la barra para pillarse otro y se empezaba a reír y sonreírme, es en ese momento en el que con el ruido de los bares tienes que ponerte a hablar al oído y sientes a la otra persona, donde un tío menos idiota que yo la habría besado, pero yo no, a la hora de separarnos , me cogió del brazo y su mano se deslizo desde mi codo hasta mi muñeca y se quedo sujetándome un momento, y ahí es donde nos separamos.
Ahora tengo miedo de no volver a verla y de que ese pequeño momento no se vuelva a repetir. Salí de casa pensando que todo iba a ser monótono como siempre y resulta que no puedo parar de pensar en ella.
Kopstent21 de agosto de 2012

1 Comentarios

  • Kopstent

    gracias democles por la Bienvenida!!

    23/08/12 10:08

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