TusTextos

Historia de un Semestre

Capítulo I
Mi nombre, como el de todos, es Albt, estoy fastidiado, no con la vida, sino con mi vida de este momento, no la soporto, me ha pasado una tragedia que no me imaginé que pasaría, en el peor día de mi vida. Pudo ser un día bueno, uno decente al menos, pero víctima de mi ceguera no vi lo evidente. Y ahí estuve, solo, llorando en las calles apestadas de gente a la que me ignoraba, botando lágrimas en la ducha y peleando con mis arrendadores.
Llegó el día en que me aburrí de eso, quise volver a ver la vida con buenos ojos, sentirla amable, besarla y apretarla contra mi alma, pero ya no estaba. Tuve que resignarme a buscar otra posible pieza donde ir a vivir. La ciudad, aburrida y hogareña me llenaba el corazón, quizás mi vida no estuviese conmigo, pero la tranquilidad y satisfacción seguía en el aire, cada calle nueva de esta vieja ciudad me lo recordaba, la dicha era constante, me concedía los ánimos para poder dar un paso más, para cruzar y seguir recorriendo. Hasta que, bajo el sol ardiente de febrero pude ver una estructura a lo lejos, mi vieja universidad, abierta, hacía un mes que no la reconocía en el horizonte, con todos sus funcionarios trabajando al tiempo que sufrían el calor del verano, como un sujeto cualquiera fui a preguntar si existía alguna posibilidad de quedarme a vivir en las residencias, aunque no me atreví a preguntarle esto a la secretaría hubo otra persona, una mujer, que sí lo hizo, no por mí, claro, sino por ella.
Prometo que la vi detrás de mí, vi sus característicos lentes rojo oscuro, en el reflejo que causaba en un vitral que estaba delante de mis ojos, su baja estatura sumada a su eterno cigarrillo en la boca me hicieron querer saludarla. No podía, la secretaria no dejaba de parlotear y por respeto, buenas costumbres, buenos modales o lo que sea no podía dejar de mirarla sin cometer una falta que arruinase cualquier esperanza de seguir estudiando allí, me limité a poner mi mano derecha bajo mi axila izquierda y hacerle un gesto de paz, ese que consiste tener empuñada la mano manteniendo en alto solo los dedos índice y medio, si captó mi señal nunca lo sabré, pero lo que sí sé es que apenas pude, hasta creo que dejé hablando sola a la secretaria, la saludé con un beso en la mejilla, y conversamos, nos contamos lo esencial que había transcurrido en nuestras vidas durante esos seis últimos meses que no nos habíamos visto, la sensación que me imprimía cada palabra humeante que salía de su boca me hacía sentir extraño, me causaba un nudo en mi corazón, al tiempo que contemplaba admirado su belleza, con su piel muy tersa y limpia para nunca soltar un cigarrillo.
Navi, ese era su nombre, como el de todas, venía de una ciudad lejana, parecida a esta, igual de hogareña y pasiva, aunque con un aire muy seco, a diferencia de aquí. Consecuencia de malas decisiones y malos pasares peligraba su situación por aquí, necesitaba una confirmación, un visto bueno para quedarse, para eso esperaba. Me tenía que ir, aunque de todo corazón deseé que lo obtuviera.
Al volver a la tarde, pasé por el mismo lugar en el cual nos despedimos, sentí nostalgia, era la vida que se me volvía a ir, me saludaba para que no me olvidase de ella, me fui contento de saber que aún pensaba en mí.
Capítulo II
Albt gustaba de salir a caminar en los atardeceres, le gustaba porque podía salir de su refugio y exponerse al mundo, no por un placer al daño, sino por la satisfacción de endurecer su temple. Sospechaba que si la vida quería volver a hablar con él, debía prepararse para nuevas heridas. Complicado el tipo, no consigo comprender como alguien que gusta vivir pueda gustar de sufrir, quizás esas dos cosas son indisolubles, inseparables, quizás hasta se complementan dándose sentido la una a la otra.
La cosa es que en la ciudad de Albt vivían más personas, como es natural, personas que se preocupaban de sus vidas y de las que estuviesen ligados por la razón que fuera. No existían grandes preocupaciones, las bestias estaban lejos y hace años que no se sabía nada de ellas, bestias interiores claro, no me refiero a que hayan criaturas con seis brazos tentaculares que coman viva a la gente, sino que digo que en general, todos llevaban, incluso el desdichado Albt, una buena vida con ella.
Albt, despojado a la fuerza de ella no hacía más que extrañarla como quien extraña una cosa muy querida, un objeto el cuál uno cree que jamás perderá y que de la noche a la mañana decide irse, esa pérdida le hacía cuestionarse su propiedad sobre las demás cosas, ¿cómo podría vivir en paz si lo más preciado para él se le fue cuando quiso?, esta pregunta era pan de cada día, té de cada noche y cigarro de cada mañana, aunque las caminatas al atardecer iban resultando, tanto el pan, el té y el cigarro se transformaban en elementos inconscientes de su sufrimiento, ya no le pesaba que su vida se hubiese ido, menos en un día tan especial como ese, sino que le atormentaba su merienda por el mero hecho de que había fijado su pesar en ellos, en esa triada consumible.
En ese limbo que existe entre enero y febrero, Albt empezó a frecuentar las tardes con un krocht, sí, uno de esos seres verdes, escamados, grandes, corpulentos, con cabeza de reptil, asexuados y belicosos por naturaleza. Se sentaban en la misma banca de la misma plaza de la misma tarde cada día, por una semana hasta que el limbo acabó. Hablaban de sus interioridades, el krocht fue muy amigable durante todo ese tiempo, hasta se preocupaba por su aspecto, durante esa semana fue cambiando su vestimenta hasta aparecer el último día con el atuendo más caro, exótico y formal de todo occidente. Ese día, junto al desaliñado Albt, hablaron por fin de cosas importantes.
- Muchacho, es mi último día, no pienso volver pero creo que buenas cosas están por sucederte, la vida volverá y este mundo cambiará dijo en tono profético tú tranquilo y verás.
- Ese no es el problema, disfruto de tu compañía, de tus consejos y buen vestir dijo Albt superficialmente ¿no te podrías quedar cinco minutos más?
- Cinco minutos& con cinco segundos tu mundo se irá al carajo, no puedo permitirlo.
A pesar de eso, supongo que el krocht no alcanzó a irse a tiempo, pues un punto quedó sobre banca, flotando e iluminando la plaza, por primera vez las personas giraron a ver al tipo que rara vez prestaban atención, no, miento, era ese orbe el que robaba la atención de todos. La gente se empezó a acumular frente a ella con curiosidad, pero esta se cayó al suelo sin que nadie la tocase y se partió en cientos de pedazos que la tierra no tardó en absorber. A veces pasan cosas muy raras en este mundo.
Capítulo III
Ese sujeto llamado Albt parece un bicho normal y lo es, el problema es que está afectando el orden de las cosas, ese orbe no hace más que joder la existencia misma, ¿en qué andaba pensando cuando se quedó en el limbo por una semana?, ayayay. Hay sujeto tontos y otros que se vuelven tontos por tiempo limitado, espero que no traiga consecuencias a futuro, o puede que la vida se nos vaya a todos y no habrá muerte que quiera visitarnos.
Capítulo IV
Tengo que confesarlo, a veces me gusta mentir, no todas se llaman Navi, también hay mujeres con otros nombres pero esencialmente son todas Navi, tienen una esencia que nos cautiva a los Albt, aunque claro, no somos todos Albt pero tenemos una sustancia que les cautiva. Bueno entre Navi-vida y Navi-demás, está Navi-amistad, con amistad me llevo de maravillas, es nueva en mi existencia pero cada segundo que creamos nos hacemos felices y el proyecto se afianza, algo parecido a lo que he hecho con vida estos últimos días simultáneamente aunque a la distancia, así como amistad lo hace con vida a la lejanía pero en menor cantidad.
Quitando esa mentira, mi vida se ha hecho interesante, la he olvidado, al objeto sobre el que tanto dominio ejercí, cada vez que intento recordarla vida se interpone en mi memoria, y me comunico con ella a la distancia. Febrero se agota, se cae, y el limbo reniego, quiero marzo y harto marzo, quiero inundarme con en ella, volver a vivirla, y ejercer toda posesión para sentirme pleno de nuevo. Siento que será imposible, pues alguien la codicia, alguien que también quiere y debe sentirse pleno para poder irse de esta realidad, me invadió una rabia tremenda al saber que la vida a los, y a todos, nos daba esperanzas, y la muerte, que tan cerca de mi estaba, tuvo que irse, tuve que decirle que me esperara, aun no estaba listo para poder darle la mano, y sufrí en silencio de nuevo, ella sufrió más.
Capítulo V
Cada día que Albt estuvo en marzo causó daño, vida intentó dos veces hablar directamente con él, pero este se negó, una nueva le distraía y le quitaba toda atención. El primer segundo del día primero del mes tercero el limbo se cerró, Albt perdió la oportunidad de conversar con el krocht, pero este no estaba dispuesto a mojar su traje de miles de millones de fuerza de trabajo, molesto salió al segundo segundo del primer día del tercer mes, aun invisible para los habitantes se dirigió a la plaza, necesitaba seguirle el rastro a Albt, era menester encontrarlo. Marzo pasaba muy rápido para él, Navi estaba creando un refugio en Albt, la bestia sabía que algo de eso no era bueno para los suyos, debía impedir que la vida llegase al corazón anudado de humano.
No pudo encontrar mucho al segundo día de búsqueda pero tuvo una idea genial, contactarse con vida-precursora, si conseguía que ella hablase con Albt, este no podría quitar el sello sobre el nudo y todo seguiría en orden, no habría problemas que lamentar en un corto futuro.
Capítulo VI
- Navii, debes impedir que Albt quite su marca, si Navi la quita, el colapso vendrá sobre todos nosotros dijo asustada la bestia tienes que ayudarme.
- Agus, bien sabes que no puedo ayudarte, yo estoy segura y nada me pasará respondió sin inmutarse ¿o es que no quieres la liberación?
- Bien sabes que la deseo, pero no puedo permitirme que se cree un sello después de otro le contestó afligido necesito tu ayuda, una última vez.
- Accederé a tu petición, pero debes saber que no puedes ir contra los designios, ese sello será roto y vuelto a crear respiró profundamente sea pues, ¡Albt, tengo algo para ti!
Capítulo VII
Ella me ha hablado, hace mucho no lo hacía, me ha devuelto algo sin valor, un objeto alienante que no necesitaba, pero el hecho de que me haya hablado me confunde, no puedo quitarme la pelea entre la vida y mi vida, es tan extraño saber que no son una sino dos, me confunde tanto como esto empieza.
Ya es abril, y he visto cosas raras, la ciudad agitada no para de correr, cada instante alteran mi hermosa y pacífica ciudad, ¡cerdos!, ¿cómo pueden arruinar mi apacible vida? La vida me ha vuelto a sonreír, pero mi entorno me mira disgustado, quizás sea la cantidad de krocht migrantes que no paran de fastidiar con sus lamentos de que algo está mal, no sé por qué buscan consuelo en la urbanización en vez de volver a sus profundas aguas de mimbre. Lo gracioso de esto es que esta reciente actividad ha hecho más humanas a las personas, cada krocht les ha hecho bien, ya no temen en vivir, incluso la muerte juega con nosotros, nos hace amagues de que nos lleva y nos suelta en el momento justo, ¡que risa!, a mi hermano lo mató justo antes de su primer beso pero lo devolvió en el momento justo para que no perdiera su oportunidad. Creo que está alegremente celosa de todos nosotros.
Navi, nos quitó los glifos a todos, la vida nos liberó de las cadenas y que te puedo decir, esta nueva vida es de lo mejor&
Capítulo VIII
Entre tanto jolgorio las cosas se le empezaron a ir de las manos, todos eran demasiado felices, le consumían demasiado, los cigarros se acumulaban, ella no podía fumarlos todos por más que lo intentaba, y qué decir del pan, eran tantos que caían dentro del té. Por un instante la vida se cansó, miró a Albt y le comunicó sus deseos de irse por un tiempo, este no le creyó, tanto así que cuando de verdad se fue, allá por septiembre, el mundo entero, la ciudad entera se vino abajo, los krocht esclavizaron a todos, y Albt no tuvo más remedio que hablar con Agus, algo que no podía acabar bien.
- Por fin vuelves muchacho, ya meses sin vernos comenzó Agus, receloso creo que mi mala salida dejó todo mal, el orbe arruinó todo en septiembre, y nuevamente se nos fue la vida desde adentro.
- ¡Traidor! gritó soberbio esta vez no debíamos equivocarnos, esta vez no se nos escaparía de las manos, las Navis juntas están riéndose de nuestra falta de querer.
- ¿Y qué puedo hacer? inquirió pasivamente tú no querías que me fuera y eso demoró mi salida de este mundo, nuestra dicha infectó a toda la ciudad, todos lo que queremos están perdidos, la oscuridad se cierne sobre nuestras cabezas y la magnánima ya ni siquiera se anima a jugar con nosotros.
- Me ha hablado, quiere arreglar las cosas habló descorazonado pero quiere arreglar las cosas a su antojo, no se da cuenta que su ida transformó el pueblo, ya no depende solo de ella, debemos entre todos limpiar el desastre de las colillas, los sin fumar, el pan y la masa mojada, ¿qué más decir del té frío y contaminado?
Capítulo IX
Ya no hay como arreglar esto, sobre la ciudad llueve sin cesar, los edificios no resisten el paso del tiempo y no tenemos como cobrarnos venganza, porque la vida vive lejos y aunque habita por aquí nada podemos hacer para encontrarla, tantas son y una a la vez, ¿Navi? nos preguntamos cada día, cada tarde y cada noche, ya arreglamos el té, el pan y el cigarro, ¿por qué entonces no vuelves?
- Oye muchacho le interrumpió un amable ciudadano ha vuelto, está con Albt, todo ha vuelto a la normalidad, ya es octubre.
El cariñoso pueblerino corrió a la plaza, quería ver con sus propios ojos el milagro, cada paso que daba le alegraba, el color regresaba lentamente a la ciudad, la plaza era todo un espectáculo primaveral, los habitantes del mundo se reconciliaban con los krocht y la magnánima hacía de las suyas. Toda la ciudad estaba bien, pero a lo lejos, muy cerca del abismo que separa a la ciudad de la realidad, en la entrada del limbo había un sujeto, presto a arrojarse a la no existencia.
- Pe pe pero& se cuestionaba al tiempo que oía los vítores de festejo yo era Albt.
Krocht08 de abril de 2017

Más de Krocht

Chat