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Desde la Otra Calle(5)

-Hasta luego.- Dijo Patricia, con una sonrisa de satisfacción que podia muy bien malinterpretarse.

-Adiooos... adios Patricia adios...- Dijo el muchacho de cabello ondulado, haciendo alucion a una vieja cancion y sacando la mitad del cuerpo por la ventana del bus.

Hacia menos de un año que lo conocía y así repentinamente se convirtió en un amigo de gran importancia para Patricia, aunque si a ver vamos, estudiaron siempre juntos durante los años de la universidad aunque ella nunca lo tomo en cuenta.

-Disculpa.- dijo el.

Patricia lo miro con la mayor normalidad que puede existir en un ser humano al interactuar con otro.
-Si.- dijo.

-¿Por que estas utilizando Ringer en la señora Brava cuando el residente dijo que usáramos solución salina?- Dijo el con su tono de voz disparejo, como las radios fuera de cobertura.

-Carlos ¿por que estas aquí?- Dijo ella, levantándose de la camilla y disponiéndose a cambiar el tratamiento de la paciente.

- Bueno, somos compañeros de guardia.- Respondió el.

De no ser por Carlos, su cabello ondulado, su voz dispareja y esa facilidad de estar molestando, ella seguiría pensando la causa por la cual no podía estar con Alberto, pero cuando estas a punto de graduarte en esta universidad debes ir de Pasantias Profesionales y te envían a un hospital sin recursos con el estudiante con menos cerebro de la promoción, en este caso, Carlos Echeberria.

Efectivamente la señora Brava insulto varias veces a Patricia mientras le cambiaba la solución intravenosa y juro por san Agustin que fuera como fuera la haría pagar por molestarla, y es que deseaba morirse y no encontraba que santo la viniera a buscar, así que maldecía a todos en nombre de los santos para que se sintieran culpables de su miseria, ¡esa era la señora Brava!

Si solo supiera que Carlos fue el culpable de que sus deseos no se cumplieran... con el tratamiento que tenia, la solución Ringer se hubiese cristalizado en su torrente sanguíneo, llegando los cristales al cerebro como microscópicas navajas de efectos mortales que debastarian el futuro profesional de Patricia.

-Me pregunto...¿Dios, Jugara a los dados?- dijo Carlos como murmurando al ver que patricia no se percato del error que había cometido.
Kuei20 de enero de 2010

1 Comentarios

  • Kuei

    Autor: Ramiro J. Sanchez N. Venezuela.

    20/01/10 04:01

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