Esta noche supe escapar,
la luz de la luna cubrió mi camino,
poco fácil llegar,
difícil perderse...

Sendas que mi alma trazaba cada noche,
Trayectos por los que desde hace tiempo quiero
o debo volver a caminar.

Sabes lo que pasó por mi mente unos momentos atrás,
por eso, ya no preguntes.

Conoces tan simple y misteriosamente
cada uno de mis sentimientos,
por eso, ya no vuelvas a preguntar entre susurros si te amo.

Tu voz es clara y profunda en este instante
y no me permito mezclarla con los sonidos circundantes.

La lluvia cae,
ella siempre sin problemas,
parece intentar hacernos viajar a algún lugar...
Lentamente lo logra y nos alejamos,
pero siento que ya no podré separarme otra vez de ti.

Tanto tiempo perdido...
Detención de nuestras almas en la turbulencia.
Ciegos mis ojos no queriendo ver nuestro brillo.
Sordos mis oídos al no querer oír esas mil voces gritar.
Paganas mis memorias recordando cada vez más violentamente.

Fingí no necesitarte,
pero la luna hoy me engañó,
sus lazos de luz no sólo me iluminaron,
también abrieron paso a mi estrella...

Quise escuchar sus palabras, las que siempre verdades regalaron.
Y tras su extraño hechizo me encuentro acá,
volviendo a besar esos labios,
volviendo a sentir esas pálidas manos guiar mi cuello.

Pudiendo hacer las cosas mal una vez más,
Cuando tiempo para arrepentirme es el que sobra.

Te pertenezco esta noche,
e indefinidamente mi alma será tuya...
Juraste bajo las circunstancias que hoy se repiten amarme por siempre,
y cumpliste...

Siento al pronunciar estas palabras
de qué manera todo se torna oscuro.
Creo estar viviendo lo tan odiado,
vuelvo a caer en el misticismo que generan los lazos,
en ese sabor que nunca ha cambiado
y para mi dicha sigue siendo mío.



[ María Laura Engelbrecht ]

Seguir AutorRecomendar Texto Agregar a Favoritos