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Mascaras 2

2

Bosque

El gran salón y las personas son un vago recuerdo lejano, atraviesas el portón sin preocupación alguna, te has liberado del bullicio, frente a ti un majestuoso y tenebroso bosque, la felicidad en ti se oculta y cobija bajo el sentimiento de temor y curiosidad, sin regresar a ver te adentras al bosque, es de noche y la única luz que penetra por la neblina y entre ciertas hojas de los arboles es el resplandor de la luna, una vez adentro te quedas completamente inmóvil, con temor miras detrás de ti, solo hay bosque , en todas las direcciones solo ves gigantescos troncos que crecen imponentemente, pocas hojas caen desde tan impresionante altura se tambalean en el aire como si bailaran antes de caer en la tierra y desaparecer cual sombras, el bosque es tan frondoso que se te dificulta ver el cielo o la luna.
Tu corazón está un poco acelerado, te mareas, la respiración se te dificulta, hay demasiada cantidad de oxigeno a tu alrededor, caes agotado de rodillas en la negra tierra, las complicaciones que tienes al respirar son tan fuertes que tus ojos son inyectados por sangre y vuelves a caer, de espaldas, tu cuerpo no puede acostumbrarse a lo natural del medio que te rodea, sientes que todo te da vueltas , tu visión es borrosa, no puedes levantarte, caes en un profundo “sueño” (acaso has muerto), has perdido la conciencia, estás en la obscuridad, no sientes tu cuerpo, extrañas voces te susurran al oído, no comprendes su dialecto, pero estas voces te hacen sentir cosquilleos que fluyen por tu cuerpo. Abres los ojos involuntariamente, conseguiste distinguir parte de tu cuerpo, todo está nublado. No posees pupilas, todavía estas en el bosque, tu mente dibuja matices en las copas de los árboles, son colores confortables y conocidos, te sientes……….. No sabes que es lo que sientes ni lo que piensas pareces ser un simple espectador de tu propia existencia, esto no te gusta…. Ni te disgusta... no eres capaz de asimilar tu realidad física y peor aun la mental. Extraños cristales semicirculares perfectos te rodean, giran y saltan alrededor de tu yaciente cuerpo, no logras verlos ya que esto involucraría mover tu cabeza hacia algún lado, esto es inconcebible pues todos tus músculos están completamente inmóviles y tu mirada permanece fija a la copa de los arboles, pero es tu mente la que te permite ver desde un ángulo superior toda la escena (tu cuerpo tumbado y los cristales saltando), de pronto estos extraños formaciones misteriosas saltan con mayor emotividad, inesperadamente uno cae sobre tu pecho, ese gran golpe de energía crea luces y gamas sorprendentes en tu mente mientras en tu cuerpo circulan serpenteantes cadenas de energía pura a través de tu torrente sanguíneo, desde tu corazón al resto de tu ser, de esta forma logras sentir tu cuerpo , parpadeas lentamente mientras tus pupilas reaparecen como grandes circunferencias titilantes que por segundos te hace volver a su existencia, ya no como un espectador. Pero ese pequeño segundo que dura el parpadear, pareciese una eternidad; el cristal rebota y arremete con más fuerza, a él se suman el resto de cristales, con furor y potencia, la cantidad de energía es tal que has vuelto a la realidad, luego de un gran grito y convulsiones que te permiten sentarte, y mirar tus manos ensangrentadas. Miras como esa sangre se desvanece, los cristales se alejan velozmente, en tu mente un mensaje “No todavía… ¡continua!”.
Ahora respiras con claridad y seguridad sabes que te puedes para pero no quieres, tu mente intenta traducir lo pasado para que comprendas, es difícil….son tantas las preguntas que te haces pero una sola repuesta retumba en tu cabeza “debo continuar”, algo en ti está seguro de que al seguir encontraras el resto de respuesta, ahora parece ser cuestión de paciencia.
Cuando has recuperado la verdadera noción del espacio en el que te encuentras tu cuerpo y tu mente te piden caminar, tus ojos exigen cosas nuevas, tu mente ávida de lo desconocido te pide no corear lo ya pasado.
Lúgubre neblina acaricia el suelo y los troncos, en ciertas partes es tan espesa que no permite ver con claridad, avanzas sin temor alguno, posees una sensación nueva sobre tus hombros, es ansiedad por descubrir lo desconocido.
No piensas en nada específico, las únicas frecuencias que se atreven a entrar en tu razonamiento son el vivir, y caminar.
Una fuerte brisa se propone tumbarte por la espalda, un hormigueo en la espalda te lo advierte, pero es muy tarde estas en el suelo manchado de tierra. Quien lo hizo, quien me quiere abatir, te preguntas; pero tus ojos no ven nada. Por una extraña razón decides que sea tu mente la que te muestre la realidad para lo cual sierras los ojos. Es increíble, jamás imaginaste tener esa habilidad.
Tropiezas con una roca al correr.
Corres desesperadamente a través de los troncos no regresas a ver, sabes que atrás tuyo el sigue allí, pero estas decidido a no retroceder; maléfico recuerdo que te engaña e intimida.
“Jamás imaginaste tener esa habilidad”… estas caminado con los ojos cerrados…. Pero ves perfectamente todo tú alrededor, incluso lo aprecias mejor que cuando usas los ojos, tu mente es (al parecer) tu mejor ventana al mundo “real”. Te has dado cuenta que te persiguen, esa extraña brisa es solo el rastro de tu cazador. Logras verlo….
¿Soy Yo?
Te hechas a correr, luego de haber abierto los ojos del temor (como era de esperarse, al abrirlos, aquel perseguidor se te ha disipado), vuelves a cerrar los ojos y te concentras en escapar…. Pero escapar ¿de qué?
Tropiezas con una roca, te incorporas velozmente y continuas en tu desesperada travesía a través de los troncos sin regresas a ver detrás tuyo, sabiendo que él sigue ahí, pero estas decidido a no retroceder hacia aquel maléfico recuerdo que te engaña e intimida (que extraño todo este lapso ya lo viviste, ya lo conocías, lo habías visto pero desde un ángulo diferente, pero crees que no es momento para pensar en ello). Te has marcado una prioridad en tu frecuencia razónate, el saber ¿porque? huyes.
Cada palpitar de tu corazón retumba en todo tu cuerpo pues por tu sangre corre adrenalina, sustancia que agudiza cada uno de los movimientos de tu cuerpo. Mientras continuas en tu escape te has percatado que todo el bosque permanece inmóvil… a desaparecido la brisa, y las hojas que caían desde lo alto de los arboles se congelaron en el espacio y tiempo en medio del aire, incluso la neblina permanece quieta. Cuando tu cuerpo roza una de las hojas en medio del aire esta se desploma y caen rápidamente en pequeñísimos pedazos, (tienes una cosa más en que pensar, cuando esto “termine”).
A tu derecha la mariposa vuelve a volar, las hojas a caer y el viento a soplar, poco a poco se pierde toda la adrenalina que tu cuerpo libero, el detenerte lo ha cambiado todo, frente a ti… el “temible” cazador
¿Cómo fue que logro aventajarte y ponerse frente a ti?, o ¿acaso fuiste tú el que se puse frente a él?, es más, ¿cómo y a que instante te detuviste?, ¿todas estas acciones son controladas por alguien, o algo?.... a ninguna de esas preguntas le has encontrado una respuesta, eso te indigna y atemoriza, te sientes como si no fueses tu quien controla tu propia vida, sientes deseos de gritar, todo tu presente es confusión.
Reconoces ese rostro; tu mente grita: “esa hermosa mascara, porque huyo de ella, si la eh vencido se que nunca regresara pero ciertamente su recuerdo me aterra porque su ofuscan te forma confunde a mi mente una vez más, pues me pregunto hacia donde voy y que es lo que quiero, tu recuerdo no es más que eso; por mas engañoso e intimidante que seas te vencí y puedo hacerlo una vez más, dejad de perseguirme”. Si, eras tú
Abres lo ojos y no hay nada más que penumbra y soledad en medio del bosque, oyes que algo cruje en tu cuerpo, no te preocupa; recuerdas una mariposa azul con destellos negros en sus alas mientras corrías ella permanecía suspendida en medio del tiempo y es espacio, cuando te detuviste la mariposa volvió a volar con tanta gracia, y tu entorno a girar con normalidad. Te das cuenta que nunca te moviste, ni siquiera te has parado, sigues sentado, pero ahora con mayor tranquilidad, tu mente es fuerte si no la controlas te puede engañar y llevar por extremos inimaginables.
Leandro2nz26 de agosto de 2008

2 Comentarios

  • Mejorana

    Me identifico plenamente contigo en tus emociones en lo que al bosque respecta. Con su misterio, sus duendes y sus faunos.
    Volaremos junto a esa mariposa azul que se que juega a marearnos a la sombra del p?jaro.
    Bienvenido Leandro.
    Te seguir? leyendo.

    28/08/08 02:08

  • Mejorana

    Me identifico plenamente contigo en tus emociones en lo que al bosque respecta. Con su misterio, sus duendes y sus faunos.
    Volaremos junto a esa mariposa azul que se que juega a marearnos a la sombra del p?jaro.
    Bienvenido Leandro.
    Te seguir? leyendo.

    28/08/08 02:08

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