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Secante

Ese día en la terminal del tren de la vida, tú y yo no dijimos hasta pronto, tomaste tus maletas con una gran sonrisa, y antes de partir me lanzaste un beso con un soplidito de tus hermosos labios rosas; te dije: no olvides las coordenadas de nuestro punto de encuentro. ¿Cómo te reconoceré? dijiste mientras subías al tren de la vida. Seré el último en llegar y pediré permiso para pasar...

Lo último que vi de ti fue tu mueca de duda, mientras tu imagen se hacía diminuta a lo lejos, y la soledad y la oscuridad me invadían.

Me di a la tarea de viajar por el universo, tomé varias formas, tomé malas decisiones, hice grandes logros, pero al cruzarme por la Tierra tuve que pasar por ese umbral de luz, pequeño y doloroso, y al pasar por él, lo primero que experimenté fue dolor...la forma que tomé esta vez, me impedía expresarme, o hacerme notar. Simplemente podía sufrir y llorar.

¿Qué podía hacer? mi paso por la tierra era necesario, todo el tiempo experimentando dolor, creciendo y aprendiendo para lograr mi meta, sufriendo cada vez de una manera más intensa, pero valdría la pena porque las coordenadas se ubicaban en este lugar... sin embargo, olvidé hacerte una pregunta ¿cuándo habría que estar ahí?

Dos líneas que no son paralelas, que siguen su trayectoria, se encontraran en un punto llamado secante; un único punto en el cual coincidirán una sola vez en todo su paso, no se puede saber cuando, solo puede definir la ubicación.

Así que decidí ser paciente y esperar mi punto de encuentro.

Recuerdo que decidí, me aferré a ese lugar, a pesar de que había dudas, algo me decía que debía ir ahí, y cuando fue el momento de hacerlo...las cosas no salieron como yo deseaba.

Me habían citado a las 8 de la mañana, ¿quién me citó? seguramente uno de esos enviados de Karma, que tomó la forma de un jefe de enseñanza, y otro enviado que susurraba en mi oído unos días antes "no te apresures, los papeles los entregas hasta el último momento, así evitarás gente indeseable" seguí ese consejo, que creí era bueno, así que dejé todo al último momento, y mi sorpresa fue que me dijeron "te falta un papel y no tienes tiempo de ir por él y regresar a entregarlo, lo tendrás que hacer mañana", vaya dilema porque la cita como dije, era a las 8 en punto, en el sitio de las coordenadas acordadas. Maldije a la voz en mi cabeza, si siempre he sido un ñoño, porque cuando decido hacer las cosas al momento último me sale todo mal.

Mi secante se iba a perder, tal vez en ese momento tomaría otra dirección y nos volveríamos paralelos para toda la eternidad, llevando un mismo camino, pero jamás nos encontraríamos...

El siguiente día fui el primero en llegar a entregar el famoso papel faltante, minutos después llegaron dos enviados más de Karma, cuya misión era retrasarme más, entregué mi papel a las 8:10, y me dispuse a correr, pero los otros dos me pidieron que los esperara, ¿yo?, ¿pero si jamás hemos cruzado palabra alguna? será incómodo el viaje y el problema de la Tierra es que el tiempo no es absoluto, y de ser tan relativo una hora terrestre en situaciones incómodas parece interminable...y no estaba errado, estos entes tenían una forma de caminar lenta, pausada, sincronizada, y lo peor es que cuando perdían ese ritmo se detenían a sincronizarse de nuevo.

Mi desesperación, mis ganas de volar como lo había hecho en otros mundos que a veces recordaba mientras dormía, ya eran 8:55 y faltaban al menos 20 minutos para llegar...

9:15 fue cuando corriendo llegué, la puerta cerrada, toqué y dije "puedo pasar, soy el que aviso que llegaría tarde..."

Vaya, ese hombre Destino si que sabe hacer las cosas, y su ayudante Karma, siempre les gusta divertirse, pero su plan es perfecto. Dejar las cosas a último momento fue lo adecuado, que esos dos me retrasaran era lo adecuado, o si no hubiera llegado antes y no habría sido el último, llamar a la jefe de enseñanza para decirle que llegaría tarde fue necesario...así mis palabras se cumplirían tal cual: fui el útlimo en llegar, pedí permiso para pasar, y recordé que avisé que llegaría tarde, pero ese recordatorio era para tu alma, para que me identificaras...y así fue.

Tenías dudas lo se, yo había sufrido grandes cambios, pero mi esencia ahí seguía, y así te convencí.

¿Por qué el paso por la Tierra fue tan difícil? Todo fue tan complejo, su realidad, su espacio, pero sobre todo ese tiempo tan relativo, poco más de tres años duró nuestra secante, para después continuar nuestro trayecto. Lo sentí tan breve, tan limitado, tan falto de cosas por vivir.

Hoy, de nuevo te veo partir, tu imagen se vuelve a hacer pequeña, me diste nuevas coordenadas de un próximo encuentro, pero las coordenadas son en esta misma Tierra, en donde el hombre solo sabe sufrir, tal vez lo hiciste porque así nuestra felicidad resaltaría como la luna en la noche, dijiste que esta vez nos encontraríamos como amigos...vaya fue duro, pero el hecho de saber que volveremos a estar juntos y ser perfectos me pone feliz; lo único que ruego a Destino, a Karma y a todos los dioses, es que nos volvamos una sola línea recta, porque ahora conozco el dolor más grande que he vivido, y creo que después de conocerte en esta Tierra, mi trayecto ha terminado, no se si llegaré al próximo punto de encuentro, no se si logre continuar, quiero fundirme en ti y continuar como uno solo, después de todo, nuestro fin último en el Universo es el mismo...
Leonhart28 de diciembre de 2014

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