“Podré escribir mil versos a tu nombre y bien sé que no regresaras, sé de cierto que llore mil lagrimas ya y tú no has regresado. Mil veces más gritare esperando escuchar en mi propia mente que ya nunca estarás aquí y así me castigare solo mil veces más.” Leonardo Belloc Aguilar



Este último verso, triste lo escribo con mi frágil mano;
torpes líneas menguantes, palabras exangües...
enorme contemplación de mis lágrimas
que arruinan el trazo de frases a la mujer amada.

Doloroso es ser esclavo del amor y sus congojas;
angustiante la espera como la soledad,
la espera de quien se ama,
la soledad cuando estas con la persona amada;
quisiera retornar a los tiempos del orden en el corazón
pero la condena es eterna;
miles de años no bastan para ultimar la agonía de tu pérdida,
y el recuerdo permanece inmortalizado en cada extracto de recuerdo
que recorre mi mente lúgubre en decadencia.

Mi exterior ha trasformado su runa;
no así el delirio de mis sentimientos,
que me destruyen bajo el efímero as de la luna,
órbita que destruye mis sentidos
dando lugar a un solitario corazón mortal.

Así, aguardaré toda mi mortalidad esperando tu regreso a mis aposentos;
hasta entonces, seguiré expresando mi sombría tortura;
dejando que cada lagrima de muerte proveniente de vuestra vertiente
continué trazando estas vagas líneas;
frases perdidas en el verso
de un desenlace interminable.


Leonardo Belloc Aguilar

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