Lloro
Lloro. En la fría soledad de la habitación, envuelta entre recuerdos que me acogen y no me dejan caer. Lloro. Tras obtener lo que nunca esperé, tras acabar con más de lo que comencé. Pocas veces mis lágrimas vislumbraron la alegría.
Por las lágrimas que derramé en el abismo de la rendición, por los nervios que nublaban mi corazón y cegaban mi mente, por los pequeños gestos que me mantuvieron de pie, siempre de pie, tropezando, pero sin dejar de intentarlo. Por todo eso y mucho más, lloro. Porque siempre quise que esto acabara, y ahora no quiero irme; por las veces que desee el fin, y ahora solo pienso en el comienzo.
Dicen que no te das cuenta de lo que tienes hasta que lo pierdes. Yo no he perdido nada, o al menos eso espero, sólo he pasado a una nueva etapa, pero lamento no haber aprovechado más la anterior.
