En un pequeño rincón en el fin del mundo existe un bosque más antiguo que cualquier otro en el que habitan los exiliados, los muertos y los sueños olvidados que viven en armonía tomados de las manos. Ellos tienen guardianes que se encargan de cuidar el bosque y de animar a los recién llegados. Estos guardianes tienen cabeza de búho, torso humano, grandes alas en sus espaldas, brazos con garras bajo estas y piernas que son humanas hasta la rodilla, donde se vuelven patas de ave.
Estos híbridos mitad búho mitad hombre poseen una increíble sabiduría sobre todas las cosas que existen, que existieron y que van a existir, disfrutan de cambiar tanto el pasado como el futuro a su antojo en un intento de arreglar los errores de los humanos que tanto mal le hacen a su hogar y a ellos mismos. Un día un sueño olvidado, el sueño de un futuro mejor donde todos se llevan bien, donde el odio y la codicia desaparecen del mundo, le dijo a los guardianes que incluso él, aun con toda la esperanza que le había transmitido a su antiguo dueño estaba seguro de que los errores de los humanos eran de tal magnitud que ninguna magia podría repararlos.
Ellos sin siquiera responder abrieron sus alas, tomando al sueño olvidado con sus patas, se fueron volando a un lugar muy lejano, en el habitaban hombres y mujeres de gran talento que bailaban, cantaban, pintaban y escribían con gran alegría frente a una enorme fogata y, mientras las campanas resonaban y los niños reían, el sueño olvidado se dio cuenta de que mientras haya almas tan puras como aquellas no importan los errores que se cometieron, pues esos errores valdría la pena. Una vez que volvieron al antiguo bosque, el sueño olvidado se disculpó con los guardianes, hizo una reverencia y se fue, jamás se le volvió a ver...
Que interesantes personajes, me han encantado. Por un momento me han recordado a los tengu de Japón, o a ciertos dioses egipcios. Tu escrito esta genial, un saludo!
