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Exijo tu Alegria (otro Borrador Inconcluso)

Me han contado de un hombre que nadie conoce, y "probablemente" no exista. Digo probablemente, para no dar una concreta de sentencia de mi parte. Ya que aunque su supuesta existencia me parece algo legendariamente absurda, no logro encontrar una objeción o grieta en su persona y o en la historia que lo envuelve.
Esta es la historia de un hombre, cuyo nombre se desconoce. No es que alguna vez se halla olvidado, sino es que alguna vez se dejo de contar. Esto se debe a que el es el origen del odio, el mismo que cae sobre el. Esto es porque el es quien nos dio la tristeza o mas bien, es quien nos quito la felicidad, que no es la mismo. Ya que el que nos quiten la felicidad, no nos deja la tristeza, nos deja vacios. El vacio nos desespera, nos enloquece y nos deprime…lo cual es tristeza. Me corrijo, tal ves si son lo mismo. Mejor sigamos o mas preciso, intentemos comenzar con la historia de este ladrón de dicha o donante de aflicción.
Este hombre vivía en un pueblo. Un muy feliz pueblo. Y como en todos estos, este estaba plagado de leyendas de todo tipo y por ende, llenas de fieles creyentes y mensajeros; que le han otorgado pies a estas para poder dar vueltas al mundo una y otra vez asta llegar a mí y a ustedes.
De todas estas la que nos interesa es la del hombre de la casa azul de la calle xxx. Tal ves el habitante más importante del muy feliz pueblo. La leyenda construida sobre los hombros de el se basaba en dar alegría. Nadie entendí como, pero toso el que lo conocía era de alguna forma bendecido y rehabilitado. Y esta felicidad se maximizaba de manera exponencial todo dependía de la proximidad en la que se encontrase. Y como ya suponen, sus vecinos eran las más afectados.
Pero existía una excepción, un personaje inmune a esta peculiar radiación, el mismo. Al contrario, el se sentía desdichado, y el estar rodeado de tanta felicidad lo hacia caer aun más en su ya profundo poso de oscuridad. Algunos pensaron que era que se felicidad era irradiada de su interior, dejándolo vacio , es decir, triste. Como un balde con una fuga, el que poco pierde su contenido, mientras este se riega por todos lados.


apenas tenga mas lo subo
Linus22 de enero de 2009

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