Prefiero Las Pesadillas.
De ningún modo podré llegar a comprender a las personas que se lamentan de tener pesadillas. Puede que sea inevitablemente extraña e incomprendida, pero prefiero la pesadilla mas atroz, una que sufra tanto que hasta note el dolor en propia piel, en la que incluso sienta aún dormida que un taladro me perfora el esternón y mi corazón salga desbocado, quebrándose contra la pared por la que resbala dejando tu nombre sellado a fuego desgarrado. En la que sufra la presión de mil espinas bajo mis piés dejando cicatrizes a cada paso que doy. Experimentar el dolor que se apodera de mis entrañas, y debora cada una de mis bocanadas de aire, dejándome exhausta. Escojo la peor pesadilla, ante el mejor de los sueños. Tan sublime que tenga la sensación de que dormida exhivo la sonrisa más auténtica. En la que mis latidos y los tuyos se oígan estallar en el silencio mas absoluto, simultáneamente. Un sueño en el que tenga la certeza de que estás detrás mía aún con los ojos cerrados, dejándome guíar por el olor que desprenden tús besos al fundirse con mis labios, y que tus manos, dibujen con predilección las lineas de sol que se cuelan entre las rejas de la persiana. Acusadme de loca si con franqueza os digo que prefiero la pesadilla antes que el sueño, porqué después de hallar tál quimera entre mis brazos,es cuándo despierto, despliego mis parapados y me enviste la severa realidad, que jamás seré capaz de digerir; nunca te tendré a mi lado.
...Y en ese conciso instante, da paso a la única y verídica pesadilla que me escolta cuando estoy despierta.
