Las diez en punto, y da pasos al frente, y cada paso la retumba en las sientes.Ella delante del espejo con su mejor vestido.Un rostro angelical y unos ojos que simulan el oceano.
Pero se extrañaba en aquel reflejo una sonrisa, por minima que fuese.
Y empiezan a sonar los golpes del reloj que cuelga de la pared de el salon y como cada noche se sienta en la mesa, deseando lo inalcanzable. Alcanzando lo indeseado. Cualquiera diria que esperaba visita. Dos platos, dos velas, dos copas y la musica que suena de fondo.
Se le entumecen los musculos cuando la roza el aire helado que entraba por el balcon, como si no hubiese nadie mas, como si fuese su unica compañia en esa melancolica noche. La gustaba sentir como el frio pasaba por su piel erizandole el vello, como se escondia detras de sus cortinas de fina seda y las valanceaba de un lado a otro. En una mano, una copa llena de tristeza, con mucho hielo y sabor amargo, para verterla dentro del cuerpo, sin que se derrame nada, y perderla en forma de lagrimas que sanaran sus heridas. Y en la otra su corazon, con apariencia artificial lleno de escarcha, casi apagado. Sin pensar, arroja el corazon por la ventana.. lejos, para que asi nunca mas pueda volver.
Apaga las velas con un soplo de aliento, que se une con el humo de un cigarro a medio apagar que se consumia de soledad.
Se la pierde la mirada y las notas de la cancion se mezclan con un suspiro.

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