Yo, la mujer de las nostalgias,
la que recibe el amor que sueña,
la de los volcanes con su fuego,
la de los pies con cascabeles,
la de la voz abierta en el aire...
yo, te amo.
Vos, el hombre que me llegó con la vida,
el que ancla su ancla a la luz que esconde,
el de la copa de vino y la palabra encendida,
el de los versos de Hernández,
el de los ojos verdes de la lluvia...
yo, te amo.
¿Quién con vos se atreve a ser nadie y tener nada?
¿Hasta dónde la razón y el juicio?
Dios mío, ¿qué no haría por vos?
...
Desde él soy llama, sangre, piel.
En él me vi por primera vez.
Intensidad en la expresión, intensidad en el sentimiento. Un poema intensamente armónico. Armonía e intensidad son tus señas de identidad como poeta, y aquí se lee una declaración de amor poéticamente magnífica.
Encantada de leerte.
Un gran abrazo