Cerrar los brazos y rodear al grito
centrar la mirada y desafilar el gesto
mentirme, cuidadosamente mentirme.
(mi templo/ mi crepúsculo/ mi cortejo
mi media voz/ mi dudoso arraigo/ mi enigmático silencio)
Desdoblar tanto hilo unido
asfixiar la mitad de mis fugas
mentirme, cuidadosamente mentirme.
Sé que la somnolencia inquieta lo existente, que podemos acabarnos en el bostezo, que sólo se es cuando el corazón se enciende y las manos se despojan. Y también sé que soy noche entera.
Carlos, cada mañana respiran nuevos latidos. Las heridas de la vida son y serán, pero no asfixian. El intento de decir no es sino un nuevo estímulo cada vez.