Carta.
Pueblo la Nostalgia a 24 de septiembre del 1976
Amada mía.
Tú te preguntaras porque escribo esta carta, y lo entiendo, es normal que tu te lo preguntes pues ya ha pasado tiempo desde que nuestros caminos, que creíamos inseparables, se han alejado el uno del otro.
Quizás sea la nostalgia la que me lleva a escribirte, o tal vez sea algo mas profundo, algo que no comprendo pero que siento dentro de mi corazón, como un fuego interno que arde en mi alma, destruyéndome por dentro pero sin dejar cicatriz visible.
Sea cual sea la razón quiero dejar constancia, no frente a ti, pues se que nunca te mandare esta carta, pero si frente a los ángeles que me miran desde arriba, esos ángeles que juraría que son parientes tuyos, mas de una vez te lo he dicho, no puede ser coincidencia que cuando estaba contigo me sentía en el mas celestial de los cielos, mientras que ahora, con tu ausencia me siento en cuerpo y alma en el peor de los infiernos, pues como tu sabes amada mía, mi infierno personal es el no tenerte, ese creo que es el fuego que me destruye por dentro.
A pesar del tiempo sigo preguntándome, ¿Por qué?, se que nunca podré responder esa pregunta, arruine mi vida solo, estaba en el paraíso y como un tonto lo arruine, fue mi estupidez y tu sensibilidad (si es que quiero poner alguna excusa), la que nos llevo a esta situación actual, no te mentiré diciendo que no he recordado los momentos tan ardientes que hemos tenido, el solo imaginar tu cuerpo desnudo moviéndose sensualmente en la penumbra de esa habitación a oscuras, solo iluminada para mis ojos, esa visión seguirá grabada en mi retina por y para siempre.
Esther te he prometido ser siempre sincero y así que lo seré, tengo que decirte vida mía que mi mayor anhelo, mi mayor deseo, mi sueño utópico es el de poder volver a ver el brillo de tus ojos cuando los iluminan los rayos del sol, la forma en que te ruborizas cuando te avergüenzas, la forma en que sonríes marcando tus hermosos pómulos, los huecos que se te forman en los costados de la boca cuando me sonríes, tus gestos, tus manías
Entiéndeme vida mía que si seguiría enumerando las infinitas cosas tuyas que me enamoran, aun en el recuerdo, entonces no terminaría nunca de escribir esta carta, y creo honestamente que prefiero eso, escribir eternamente esta carta para así tener una buena excusa para no enviártela.
Tu tonto enamorado.
Deseo proteger mis derechos sobre mi obra.
Lukas07 de octubre de 2012-
Beth
Me has emocionado con esa carta. Quizá sería bueno que la destinaria la leyese; no creo que pudiese dejar de sentir todo eso que expresas de manera tan hermosa. Gracias por compartirla
07/10/12 03:10
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Lukas
Muchas gracias Beth :) me lo pensare aunque la verdad hace meses que no la he podido ver. Graciar por leerla y comentar.
07/10/12 06:10
