Danae
De tener que nombrarlo yo,
lo llamaría, tal vez, dolor.
Pero no alcanza a dañar
ni en mi interior el alma,
ni es, de lo vivido, lo peor.
Una magnífica obertura en un poema impregnado de experiencia vital. Intenso hasta la contundencia, por lo que resulta impactante.
Tiene mucha fuerza.
Un enorme abrazo, corazón.
15/10/13 12:10