Mis pulmones me piden tabaco,
y por contrato
tengo que decirles que no.
Mi corazón demanda amor,
mi boca defiende tu alegato,
mis manos no quieren decirte adiós.
Mis ojos exigen volver a verte
y mi mente escucharte de nuevo.
Mi alma quiere probar tu suerte,
y mi conciencia me pregunta qué espero.
Mi espíritu no tiene miedo,
Mis dedos escriben solos,
mis pies caminan por ti,
detrás de tu estela de oro,
el destino me ha traído hasta aquí.