“Cuando no tengo paz, amor, felicidad ni dinero,
no sé por qué lloro si en verdad es lo que quiero.
No tengo paz, amor, felicidad ni dinero,
no sé por qué lloro si en verdad así me inspiro.
Copian mis discos e intentan copiar mi estilo,
pero estoy tranquilo, la mejor musa está conmigo;
ya encontré sentido al latido de por qué escribo:
dejar algo en el mundo y llevarme algo conmigo”.
Rafael Lechowski
-Después de matarme y después de morir, solo me quedó el caos. Después de echarla de menos sin motivo, solo me quedó el fuego. Tras arder, tras la entropía… solo quedé yo.
Y después de mí… ¿qué vino después de mí?
-Yo.
[El gobierno central, reunido en sesión de urgencia, declara que no se llevará a cabo una política de acercamiento para relaciones a distancia, así como no se plantearán negociaciones con proxenetas, dado que la prioridad de este gobierno es mantener la confianza de su electorado. El resto de los asuntos tratados en el orden del día pueden comprobarse leyendo el correspondiente sumario. Fin de la cita].
A veces vale más una palabra
que un gesto.
Yo no tengo todas las respuestas.
Lo acepto.
¿Quién te va a comprar besos robados?
No tienes nada mejor que hacer
que leerme.
Caminas sin nadie que te guíe.
Te pierdes.
¿No son todos mis mapas papel mojado?
Ayer visité tu barrio
en sueños.
El silencio fue quien me recibió.
Volví riendo.
Y archivé el pasado
no para escribir
sino para seguir escribiendo.
Rompí esquemas
retando a duelo
a mi memoria plañidera.
Flirteé con fonemas en celo
recitados al calor de mi sordera.
Renuncié al pecado para verte boquientreabierta.
Alcancé la cumbre del saber decir que no.
Y así esta historia podría ser la prueba incierta
de una costumbre vindicada por los dos.
Es un texto con mayúsculas, donde encuentro miles de pensamientos que me agolpan muchas veces al umbral de la conciencia. Me ha gustado mucho y recomiendo leer.
Saludos
Carlos
