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Para un Hombre que Olvida

La noche termina conmigo
entre besos de alcohol
y visitas de un viejo amigo.
Cambiando el rock por el soul,
sexo en un juego de rol,
y me río porque nunca es contigo.

Y amanezco el día siguiente,
vestido con mi piel
y una sed diligente.
Me hago nombrar coronel.
Sueño con bombas en Kabul,
con reyes dentro de un tonel.
Imagino que lo más cool,
habría sido dormir en hotel.
Mis ojos están en Aksum,
mi cabeza es mi papel.
Perdido el sentido común.

Sin existir, peligro
constante, soy Michael Knight;
viviendo de alquiler:
mutante, alejado del Westside.

Comediante, sin querer
hacerte daño, duquesa.
Vigilante, tu querer
lo siento ajeno, duquesa.

Tu nombre no puedo nombrar
es algo que no quiero
y que además da igual.
Te lo dije en su momento,
mientras pueda enseñar,
errare, cogito y memento,
no me importa lo demás.

Se acabó, lo que ofrecía
el vendedor a domicilio.
Aquel tiempo en que creía,
solucionar los conflictos.
Cuando Dan Cooper me acompañó,
a Estocolmo en un avión.
Y mis compañeros de guerra,
decidieron fundar Sión.
Ahora eso ya pasó,
mis versos me renuevan,
su voz se atragantó.
La poesía siempre lleva,
lo que un poeta siempre amó.
Y muy pronto recuerda,
todo por lo que escribió.