Cambia, todo cambia,
el sentimiento
siempre cambia.
Como el mar
empujado por el viento.
Como el viento
que se lleva pensamientos.
Sturm und Drang de mi corazón.
Que no deja de parir versos.
Que se resiente y no olvida.
Vicio, busquemos tu legalización,
valen tan caros tus besos
que no los pagaré en esta vida.
Síndrome de Santa Claus.
Cabalgata de Lady Godiva.
Diletante de la Bauhaus.
Demonio que escupe saliva.
John Dillinger reencarnado,
Arcángel en bicicleta.
Caballero trasnochado.
Una estocada directa.
Un traje a un hombre pegado,
Steve Mcqueen de una secta.
A todos entrego
un poco de mí,
y no sé que recibiré,
creo que vivo en mi zelda.
Apenas dos besos
para un gallo ciego
y veneno con Bacardí.
Miré atrás, suspiré,
traje de vuelta
todos los excesos,
y como nuevo
me volví a sentir.
Es más sencillo olvidar el futuro,
y tener muy presente el pasado.
Porque seré un poeta más puro,
si puedo escribir afectado.
Cuando las piedras del camino,
golpean sin avisar,
cuando sin notarios delante,
haces un insolente pacto,
y solo brindas con vino.
Que siempre me quedará Zambia.
Otra baja más por fuerza del sino.
Nunca supe cantar,
pero seré un cantante.
Un feriante entreactos.
El genio del puto Aladino.
Porque todo cambia.
