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Ver(e)dades

El espíritu del ser humano se nutre con nuevas experiencias.
Las nuevas experiencias son la trampa del destino.
El espíritu del ser humano se alimenta de la trampa del destino, con la triquiñuela de la fortuna, la argucia de la Parca, la artimaña de lo ya escrito.
Ni Dios existe, ni me importa.
Somos historias con ínfulas de leyendas. Seres empeñados en una perfección que nunca llega, ni llegará. Somos contundente inconsciencia rumbo a ninguna parte.

Cada día entiendo más mi alma. Después de tantos años, es una noticia fabulosa.
Y poco a poco comprendo que no trascendemos más allá de caminar por delgadas cuerdas que nos separan de un abismo al que muchos tienen miedo.

Somos funambulistas que en la noche caminan sobre verdades; artistas de circo que se la juegan en estructuras tan tenues como la niebla del día que está por llegar.
Nos aguardan estrechas veredas que salvan los precipicios de nuestra memoria. Hasta la firmeza de los puntos de apoyo dista mucho de ser absoluta.
Pero, cada vez que tamaña reflexión sacude mi mente, estoy tranquilo. Aunque camine por valles tenebrosos nada temo, porque yo voy conmigo.
Y en la vida no importa las veces que caes al abismo.

Lo que reconforta consiste en saber, calcular, apostar y acertar el número de veces que, con valor, te alzarás de nuevo del pozo de tu decadencia.

Y ascendemos, seguimos tejiendo la maraña de nuestra existencia, y volvemos a caer.

¿Y qué?
Somos funambulistas. Y el espectáculo debe continuar.
Luko179103 de diciembre de 2014

1 Comentarios

  • Superandoloimposible

    Tienes toda la razón. Creo que no deberíamos tener miedo a caernos y confiar más en nosotros mismos, el único miedo que podemos tener es que se rompa la cuerda. Un beso, un texto fenomenal.

    04/12/14 09:12

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