La Bestia
LA BESTIA
Aunque todavía faltan unas horas para que amanezca, él ha terminado su jornada. Ha sido una noche más, monótona y aburrida. Guarda con cuidado el uniforme en la taquilla y se pone la ropa de calle, recoge la tele portátil, el tabaco, la cartera y las llaves y se dirige al garaje. Como todos los días, desde el coche, busca un bar abierto para tomarse la primera copa del día. Este barrio no lo tiene muy peinado, eso le da confianza, sabe que no puede dejarse ver con mucha frecuencia en los mismos lugares. Aparca cerca de una cafetería dejando su coche entre los demás, asegurándose de que no llama la atención, nadie le ha visto bajar, eso es muy importante, no deben saber como llegó hasta aquí, es la regla que tan buenos resultados le ha dado; pasar desapercibido; no hacer nada que puedan recordar. Pide un aguardiente con hielo y un vaso de agua, la televisión está encendida y escucha las noticias con indiferencia, el camarero comenta algo sobre los resultados del futbol, él responde que sí que son todos unos vagos, apura la copa y el agua, deja en el mostrador unas monedas y abandona el local.
Ya en el coche bordea el parque despacio, buscando, lo ha hecho durante las últimas semanas como una rutina, piensa que este es un buen lugar, es un jardín pequeño y muy arbolado que comunica dos barrios, tiene una parte salvaje y espesa, a la que la luz llega mucho tiempo después de que las farolas se hayan apagado, es fácil esconderse y abordar a su víctima desde la oscuridad, por sorpresa, antes de quiera reaccionar sentirá la presión de su miembro impaciente y el frío de su navaja.
¿Cuánto tiempo ha pasado desde a última vez?, ¿tres semanas, un mes?, demasiado tiempo. Ha pasado la noche mirando canales porno y llamando a putas, se ha masturbado un par de veces, pero no es suficiente, necesita algo más y piensa que alguna zorra cachonda está en este momento deseando que la follen de verdad, rápido y con ganas. Presiente que hoy será su día de suerte.
La voz del locutor anuncia tiempo estable y temperaturas altas para esta época del año, ella se despereza se incorpora y abre la ventana para contemplar el parque, le gusta sentir en su cuerpo, semidesnudo y todavía tibio, el frescor de la madrugada. Busca con la mirada la primera claridad, apenas una promesa un anuncio, sin poder evitarlo vuelve la vista hacia el extremo opuesto hacía las sombras, la espesura, el misterio. Se siente atraída por esa zona que siempre permanece en la penumbra, le hace imaginar románticos y furtivos encuentros, pasiones desatadas, hombres y mujeres abandonados a la dulce locura del amor, cada mañana cuando atraviesa el jardín le asalta la misma idea, perderse entre las sombras y esperar
Una ducha rápida, algo más de perfume de la habitual, un café con leche y abandona la habitación camino de su trabajo. Toma la avenida iluminada, sin pensarlo cruza y avanza decidida hacia la oscuridad.
Permanece oculto, agazapado olfateando el aire, observando, todavía entre sueños la llegada del día. Siente su presencia, sus pasos, fija su mirada en las dos siluetas, una mujer joven y unos pasos más atrás un hombre que inicia una carrera.
Esperando que pasen, que no se demoren, que no reparen en él, ciñe su cuerpo al árbol a su árbol, al que se anudan las ligaduras que le atan a este mundo.
La mujer vuelve la cabeza, el hombre se oculta, ella continua y sale de las sombras ganando la luz, el hombre se acerca. Sin poder contenerse salta sobre él y lo derriba de un zarpazo, lo sujeta con el peso de su cuerpo y acerca su boca a la suya, ofreciéndole su aliento, dejando caer sobre su rostro una baba espesa y lacerante, con un gruñido apagado y grabe cierra sus fauces sobre su garganta.
Fenrir el gran lobo; el que estará presente en el fin de los días; el que se comerá a la luna y al sol; el que matará a Odin cuando el agua y el fuego invadan la tierra, arroja lejos de si el cadáver de la bestia y vuelve a la soledad de su destierro.
Por Lumen
-
Agora
Tremendo Lumen!
muy bueno!
gracias por escribir!
20/07/11 11:07
