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Era Nuestro Destino.

Si, esta es una historia como las de siempre. Esas que te llenan de amor y te empalagan de dulzura. ¿Por qué negarlo?.
Siempre que leo historias de amor se tratan de personas perfectas que por razones estupidas no pueden estar juntos. En eso difiere ésta, ella no es perfecta y yo tampoco.
Si, esta es una historia como las de siempre, pero deténganse un momento, quiero que se permitan soñar…así ese sueño algún día se puede volver realidad.
Julia, así se llama. La conocí una tarde de abril, estaba lloviendo espeluznantemente. Yo, todo empapado, caminaba sin rumbo…era de esos días en los que me levantaba confundido. Iba tan rápido como podía. Sin intención, la pase a llevar y cayo lentamente encima mío.
Lo primero que me llamo la atención, estaba llorando. Le pedí disculpas, pero pareció no importarle. Se levanto y se fue sin nada más que decirme que una mirada.
Mis confusiones y las confusiones de ella parecieron fusionarse por unos instantes, y ahí entendí, que era parte de nuestro destino.
La volví a cruzar, dos y tres veces. Siempre en el mismo lugar, al lado de un árbol de pocas hojas, casi muerto.
Un día, que el sol pegaba palmetazos de calor, la vi por cuarta vez. Llevaba el pelo recogido y poca ropa. No podía desviar la mirada de ella, era como si me hubiese hipnotizado.
-Me gustan los hombres que toman la iniciativa-
Fueron sus únicas palabras. Lastima que yo no era de esos, no sabia ni qué decirle ni cómo.
Al otro día la volví a cruzar, y así hasta junio, cuando me volvió a hablar:
-¿Hasta cuando vas a seguir con las miradas? ¿Hasta cuando me vas a hacer esperar?-
No sabía qué responderle, ni siquiera sabía que tenia que respirar y me puse más nervioso que de costumbre. ¿Por qué tan directa?, ahí se me ocurrió:
-¿Siempre sos así de directa?-
-No, pero desde ese día de lluvia de abril te observo, como si quisieras decirme algo…pero nunca decís nada.
-No me sale nada-
Era verdad, nunca me salía nada, no sabia nada.
-¿Cómo que no te sale nada? ¿Ni un ‘hola’?-
-No-
Puso cara de molestia ¿estaba enojada por que no le hablaba?
-Entonces a mi tampoco me sale nada-
Me miro por unos segundos a los ojos, con cara de disgusto y se fue, se fue como si no hubiese pasado nada, como si no me hubiese dejado una revoltija de cosas para decirle, unos deseos incontenibles de decirle que era la mujer más hermosa que había visto en mi vida.
Pero no me salio nada, como siempre.
Al otro día no la crucé, y al siguiente tampoco. Pensé que ya no quería verme más y había dejado de pasar por aquel árbol. Creí que no iba a poder verla, que la había perdido.
Pero al siguiente día apareció, en su boca había una expresión de felicidad, era la expresión que tenia cuando estaba feliz, o por lo menos lo que yo observaba.
-Hoy estas feliz-
-¿Y vos cómo sabes?-
-Te observo desde ese día en que me dejaste más confundido de lo que estaba, sé cuando estas triste, cuando estas feliz y hasta cuando vas enojada. Hay días en los que estas despeinada, saque la conclusión que es cuando estas confundida. No hay día en donde no estés hermosa, no hay día que no te pueda mirar, no hay día que me salte el corazón cuando pasas a centímetros míos…-
Hasta el día de hoy no entiendo como todo eso salio de mi boca, como pude expresarle a una mujer todo eso.
-¿No era que no te salía nada?-
Me hizo reír.
-Tenía miedo de no volver a verte, como en estos dias.-
-Siempre me vas a volver a ver.-
Y ahí terminó nuestra conversación. No sabia que decirle y ella al parecer tampoco.
Al otro día volví a pasar por aquel árbol, esta vez el no estaba muerto, habían aparecido hojas nuevas, verdes y brillantes. Tenía además una cinta roja y una carta colgada con esta. Me acerque y la tome, no me equivocaba, era para mi. ‘Cada día que pasa estoy mas convencida de que sos la única persona con la que puedo ser feliz el resto de mi vida. Quiero que mi corazón se acerque al tuyo. Julia’. Los latidos de mi corazón aumentaban cada segundo, no tenía noción de qué había alrededor mío, era como si hubiese desaparecido el mundo entero, menos yo y todos mis sentimientos.
Otro día más, otro día se acercaba, otro día más iba a verla.
Me senté bajo el árbol esperando que ella llegue. Tenía ganas de correr a buscarla, pero trataba de oprimir esos impulsos.
Desde lejos vi que se acercaba y una vez mas, mi corazón parecía explotar. Se me cruzaron mis pensamientos por la cabeza y las piernas me temblaban. Ella parecía más linda que de costumbre, radiante y sencilla al mismo tiempo.
Estaba apenas a unos pasos míos, me acerque aún más hasta que pude sentir el aroma de su piel. Era suave y dulce, delicado y apasionado. Sentí que iba a desmayarme, pero trate de no hacerlo.
Sus ojos negros eran tan puros, tan increíblemente hermosos.
-No esperemos más, nunca más-
Fueron las únicas palabras que pude pronunciar porque mi cabeza iba a estallar.
-Nunca nunca más-Esa fue su respuesta.
Sus labios se unieron a los míos, nuestras almas y nuestros corazones se encontraron y decidieron no separarse nunca, nunca más.
Maaai05 de junio de 2010

4 Comentarios

  • Rojoprofundo

    Maaai muy buena historia, eso de estallar cabezas. Saludos.

    06/06/10 05:06

  • Maaai

    Jaja gracias! saludos :)

    07/06/10 05:06

  • Donsimpatico

    Oh! esa historia, esos dialogos, esa chica... me paso hace tiempo, me dejaste mudo. Muy muy muuuuy bueno.

    08/06/10 05:06

  • Maaai

    En serio? que bueno que alguien se sienta identificado :) Muchas graacias!

    09/06/10 01:06

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