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Capitulo 1: Bienvenida a Casa Lucia!

Siempre odie los aviones!

Esas bestias de metal abriéndose paso por el cielo que naturalmente era solo para las aves lograban ponerme de los nervios y constantemente me preguntaba como una cosa que pesaba toneladas podía planear tranquilamente por los aires sin ser atraída por la gravedad de la tierra. Tampoco es como si eso nunca haya sucedido, varias veces vi por la televisión como este intento del ser humano por dominar las alturas cobro muchas vidas en esos famosos accidentes aéreos, ver esto me llevaba a jurarme a mi mismo una y otra vez que jamás pondría un pie arriba de alguno de esos ataúdes voladores. Pero mi siempre desgraciada suerte me obligo a romper ese juramento.

Resulta que después de enterarme de que al fin conocería a la familia de mi prometida, teníamos que viajar hasta Argentina, un país donde no se podía llegar en bus por que estaba al otro lado del océano. Entonces, sin darme cuenta, ya estaba subido en un avión con rumbo a América del Sur, recuerdo que una gota de sudor frio resbalaba por mi frente mientras Lucia que en un gesto de amabilidad me había dado el asiento del lado de la ventana, estaba nerviosamente jugando con sus dedos. Extendí mi mano hasta su hombro y le sonreí, algo así como para transmitirle que todo estaría bien y ella también me sonrió pero de una manera mas obligada. No recuerdo cuantas horas duro el horrible viaje por que tome una o un par de pastillas para dormir y medio como que perdí la conciencia hasta que escuche la voz de Lucia…

-Marcos…Marcos!-decía mientras me movía de un lado a otro-vamos despierta! Ya llegamos

Abrí mis ojos lentamente y la llorosa cara de Lucia fue lo primero que vi…

-Lu-Lucia? Que? Que sucede? Porque lloras?

Pero lo que me respondió en lugar de tranquilizarme solo me perturbo mas.

-Escucha Marcos-bajo la mirada al suelo y el fleco de su cabello le tapo los ojos-quiero que sepas que yo te amo y siempre lo hare…así que no importa lo que veas de ahora en adelante…si me amas prométeme que lo soportaras y lo aceptaras…-y luego con lagrimas recorriéndole las mejillas dijo:-pero si no puedes no te obligare a que permanezcas a mi lado.

Era la segunda vez que la veía llorar y por el mismo motivo, su familia, ¿Qué clase de personas serian como para hacerla sufrir tanto?, sentía miedo cada vez que me lo preguntaba pero al mismo tiempo una gran voluntad de protegerla crecía dentro de mi. La abrase fuertemente dándole la confianza de que todo saldría bien a pesar de que no tenia ni idea de lo que me esperaba…

Bajamos del avión (por lo que estaba más que contento, hasta el punto de querer besar el suelo) y lo primero que visualice fue la gran cantidad de personas que habían en ese aeropuerto… “Argentinos” pensé y pase lentamente la mirada sobre cada uno de ellos, nada especial, solo personas corriendo apuradas y ocupadas controlando que no se les escapen sus niños, también vi varias mujeres altas y rubias caminando elegantemente mientras jalaban sus valijas, por otro lado se veían reporteros persiguiendo a alguien rodeado de guardaespaldas que respondía las incesantes preguntas al mismo tiempo en que caminaba.

Mas allá de eso no encontré nada especial pero…

Algo llamo mi atención:

Dirigí mis ojos de una esquina hacia otra en una mirada rápida y entre medio de ese ritmo acelerado que llevaba la gente se encontraba un solo hombre parado.

Vestía un traje completamente negro, algo así como un esmoquin con zapatos brillantemente lustrados y su cabello también negro era corto pero los mechones le caían por sobre los ojos y detrás de las orejas no de manera desordenada si no que estaban perfectamente peinados. No parecía ser mayor que nosotros, si tuviera que adivinar su edad diría que tendría unos veinte y tantos pero sus gestos y su presencia mostraban varios años mas de madurez. El sonrió de una forma que por alguna razón no me inspiro confianza. Su rostro traía una expresión amable y profesional, diría que una amabilidad profesional? se acercó a nosotros manteniendo la elegante postura y esa desconfiable sonrisa se arqueo aun mas, en cuanto nos encontramos frente a frente el llevo su mano derecha detrás de su espalda y la izquierda sobre su pecho inclinándose delante de nosotros.

-Ha pasado mucho tiempo señorita Lucia…-dijo haciendo una leve reverencia-

-Ha pasado tiempo Gabriel-respondió Lucia-

Hasta entonces no lo había notado pero la dulce sonrisa de Lucia ya no estaba, en su lugar había un gesto frio que jamás pensé que vería en ella.

El hombre de traje negro levanto la mirada y la dirigió hacia mí diciendo:
-Este debe ser su prometido Marcos ¿verdad?

-Así es…-respondió ella sin una pizca de entusiasmo (lo que en algún punto irio mi orgullo)

-Que bien, que bien! El señor y la señora estaban ansiosos por conocerlo…es un verdadero honor ser el primero en tener el gusto de verlo señor Marcos-dijo mirándome fijamente-

-He s-si mu-mucho gusto señor Ga-Gabriel-tartamudee de manera patética pero fue por que este tipo era realmente impresionante, irradiaba la misma aura de perfección que Lucia pero de una manera mas aterradora-

-Bien todos en su casa la están esperan- ho! Perdone LOS están esperando-rio entre dientes y luego mostro la misma sonrisa sínica-
Lucia camino delante mio, el la siguió y yo…bueno solo corrí detrás de ellos cargando los demás bolsos que quedaban…

Caminamos hasta el estacionamiento allí Gabriel nos abrió la puerta de un lujoso auto negro de vidrios polarizados. Lucia y yo subimos el los asientos traseros y el conducía.

-Bien si quieren pueden dormir un poco ya que aun nos queda un largo viaje…-dijo mientras acomodaba el espejo retrovisor-
-Un largo viaje?-pregunte-

-Si aun quedan seis horas en auto antes de llegar a mi casa-respondió Lucia entre bostezos-

- Así que puede continuar durmiendo señor Marcos-interrumpió Gabriel clavándome su intensa mirada a través del reflejo del espejo. Aun no me había dado cuenta pero los ojos de este hombre eran de un marrón tan obscuro que hasta parecían rojos, pero tal vez solo fue mi imaginación o la rapidez con la que quito la mirada del retrovisor que los vi de ese color tan irregular.

Bien…si aun quedaban seis horas de viaje entonces pensé que podría dormir pero me ponía mas nervioso tras cada kilómetro que nos acercábamos, Lucia en cambio venia plácidamente dormida lo que solo aumentaba mi ansiedad, la vi tan deprimida y preocupada estos días que me desconcertaba verla ahora de esta manera tan despreocupada y hasta fría, me pregunte si el regresar a casa la tranquilizaba pero esa era la principal causa de sus tristezas así que no entendía para nada su cambio de ánimos.

-Es su primera vez en Argentina ¿verdad?-pregunto Gabriel sin quitar los ojos de la carretera-

Tal vez lo hizo por que vio la manera estupefacta en que yo observaba el mar y las playas que se extendían a lo largo de la vista que tenia la ventanilla del auto, en verdad me hubiera gustado borrar esa burlona sonrisa de su cara diciéndole que ya había estado aquí varias veces pero lo cierto era que nunca antes estuve en este país, de hecho era la primera vez que salía del mio…

-Si es la primera vez que vengo-le respondí-

-A este lugar comúnmente se le llama La Plata- comento inesperadamente- en verano es el principal destino vacacional…la casa de la señorita se encuentra unos kilómetros fuera de la ciudad pero tampoco muy lejos…es un lugar hermoso y una casa hermosa con gente maravillosa viviendo en ella…

-S-si? Bueno conociendo a Lucia no me cabe duda de lo buena que debe ser su familia…

El sonrió-si realmente lo es-afirmo-

-Y emm…usted es su tío o algo así?

Soltó una leve carcajada y corrigió:

-Su tío no…yo soy el mayordomo a cargo de la mansión principal…

Momento, momento ya de por si el auto lujoso y la reverencia me habían dejado descolocado pero “mayordomo” y “mansión principal” ya era demasiado.

El auto avanzo hasta alejarse de los enormes edificios y bastas casas para luego seguir entre unos arboles perfectamente podados y varias flores acomodadas en hileras, el paisaje era realmente hermoso y se volvía aun mas bello mientras nos acercábamos. A lo lejos se comenzaban a ver unos enormes techos en punta como los de una catedral, mas tarde fueron apareciendo los grandes ventanales y luego delante del auto estaban los portones de rejas negras y gruesas que parecían impenetrables.

Lucia entreabrió los ojos y se sentó perezosamente acomodando su cabello, yo temblaba mientras el incomodo silencio se propagaba en el auto, cuando los grandes portones se abrieron y dejaron el paso libre a la hermosa mansión que había en frente.

Gabriel acelero y pronto estuvimos delante de la entrada en donde un montón de sirvientas vistiendo igual nos saludaron, entonces el mayordomo vestido de negro bajo del auto, nos abrió la puerta por donde Lucia bajo enfrentándose al radiante sol y la voz de todos los presentes sonó en nuestros oídos diciendo:

-Bienvenida a casa señorita Lucia!
Majo14 de abril de 2012

3 Comentarios

  • Delofe

    me ha gustado el inicio..!!


    xD! no le he terminado de leer pero continuare en otro momento..!!


    seguí escribiendo.!!

    14/04/12 05:04

  • Creatividad

    Hola! Bueno, es bueno. Esperamos el siguiente.

    14/04/12 07:04

  • Majo

    Gracias!!!
    Voy a continuar escribiendo a medida que tenga tiempo...espero que sigan leyendo y dejandome sus comentarios
    saludos!!:D

    16/04/12 04:04

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