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Sant Jordi En El Far West

Marcel·lí Miret – EL QUIXOT CATALÀ
marcelinosi@yahoo.es http://webs.xadica.cat/quixotcatala/
SANT JORDI EN EL FAR WEST Capítulo 3

En el lejano oeste americano también estuvo Sant Jordi. Es normal, aquello era peor que la edad media. No habían árabes, pero estaban los Dalton, el Jessi James, los de Bonanza, los del séptimo de Caballería, los indios, los Sioux, El Toro Sentado, La Poca-Suelta, El Billi “El niño” (descendiente de “Boabdil El Chico”). También estaba el Bufar-lo Bill, el John Wayne. El Jerónimo. El Último Mohicano. El Daniel Boom. El Toni Croquet. El Abraham Lincoln. Ya veis que personajes.

De bueno, tan solo estaban el Zapata y el Clin Eastwood. El Zapata murió, al menos pusieron el nombre de zapatillas a los zapatos que usamos para ir a dormir o para estar por casa. Debería ser un guerrillero de estar por casa. Ahora hay otro Zapata. Este va por el bosque y la selva, le pondrán su nombre a una metralleta. Al Clint Eastwood la cosa le va mejor, no lo han hecho santo por un pelo.

De momento tiene dos oscares a las mejores películas. Se los han dado porque le han salido muy baratas. Es el único director, actor y productor que se permite hacer películas que no son grandes producciones y gana los oscars. Lo aprendió con Sergio Leone, un italiano que hacía películas de saldo en Almeria. Estas películas de saldo con actores españoles e italianos, que se llaman “espagueti western”, revolucionaron el cine.


Por primera vez se podían ver escenas realistas, con actores que se mojaban de verdad, iban muy sucios, y no les lavaban nunca la ropa. De pintar decorados y cosas de esas, no hacia falta. Las casas desmontadas y con las paredes agujereadas les iban muy bien. Almeria tiene muchas barracas de pueblo que son peores que las de los desiertos mexicanos. Lo siento por los de Almeria, no lo digo con intención de ofender. Lo digo porque es muy rústico.

Nos centramos en el personaje. Es un justiciero, lo hace por dinero, pero también acaba haciendo favores y tiene fines humanitarios. Está en contra de los opresores y de los malvados sin capacidad de rehabilitación. No tiene sentimientos de culpa, ni mata por placer. Tan solo mata cuando es inevitable.

El personaje tiene muchos tópicos medievales, cualquier guerrero del siglo XV, lo habría confundido con un santo: Lleva un peto mejicano, parece una túnica, le falta la cruz. Sus espadas escupen rayos y truenos. También utiliza mucho la dinamita, en una sola explosión pueden caer 20 o 40 enemigos. Las balas no le hacen nada.

En una de sus películas, se pone una placa de hierro bajo el peto. Aparece sin saber de donde viene, ni quien es, y cuando acaba, se va, sin saber a donde va, ni a donde irá.

Tiene todos los requisitos de los santos, Clint Eastwood, El Santo Caballero del Salvaje Oeste Americano. Buen hombre él. Con las mujeres tiene una relación un tanto distante, se hace de rogar, y las deja a todas. Solo le gustan si se las encuentra en la cama. Eso si, cuando se cansa les dice que se vayan .Que duro es el chico.

La imagen militar de Sant Jordi es una revolución para las artes de la guerra. Separa la brutalidad de la humanidad, le da humanidad a la brutalidad, le da causas, y tan solo la hace servir cuando es inevitable. Son los mismos principios que los de los ejércitos de las Naciones Unidas, y por tanto, de todas las naciones que forman los ejércitos de los cascos azules. Le tendremos que dibujar un casco azul a Sant Jordi, lo hemos de actualizar.

Nuestros jóvenes son héroes, hacen servicios humanitarios en lugares muy necesitados. Haití. Afganistán, en Bosnia, donde se han sufrido cosas que no se olvidaran nunca en la vida. Muchos de nuestros soldados murieron defendiendo a la sociedad civil. Son Sant Jordis los bomberos, que se lanzan a los mares de llamas para salvar mujeres y niños, o ancianos, sin pensar que puede perder la vida, y el dolor que sufrirán los suyos. Nuestras mujeres y hombres que intentan salvar a las víctimas de los terremotos.

Son gente que nos parecen de aventura, pero están, son reales, se sacrifican por los demás enfrentándose a situaciones de la que la mayoría de la gente huiría. Tenemos muchos Sant Jordis, son muy humildes, y no tienen el premio que les corresponde. Su único premio, son las vidas que salvan, y premios como ese, querrían tener millones. No son tan duros como el Clint Eastwood.

Acaban la misión, se van volando por el cielo, en un avión. Volverán cuando los necesiten, irán a donde hagan falta, y sufrirán y lloraran por los que no han podido salvar. Por eso son Santos, héroes y sobretodo hombres de paz y humanidad.


Marcel·lí Miret – EL QUIXOT CATALÀ
marcelinosi@yahoo.es http://webs.xadica.cat/quixotcatala/
Marcel15 de abril de 2013

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