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Caty-boy

Se dice que el paciente de la habitación 47 es un loco particular. La enfermera que lo atiende me contó que hace dos semanas uso yogurt y pegamento industrial para pegar lo muebles de su cuarto en el techo. Tuvieron que comprar varias espátulas y thinner para despegarlas. También me comentó que pasó todo un mes aullando, aullando cada vez que apagaban las luces. Al mes siguiente, el recibo de la luz tuvo las cifras más altas del año.


La enfermera dice que su nombre es John Maxwell, su familia tiene 20 años viviendo en la ciudad. Dicen que su hijo nació "roto" de la cabeza, al igual que su abuelo.


―La otra noche decía tarugadas como "mi madre es un sapo y mi padre martilla cráneos con su pico" ―Dijo la enfermera con una arruga marcada en el entrecejo. Pasó el dedo índice por la sien y lo masajeó suavemente― Y lo más exasperante…―Contuvo la respiración por un momento, el tono de piel en su cara bajó de coloración y la arruga en su entrecejo se remarcó―…es que, hace dos noches comenzó a hablar sobre su abuelo. Sabe, yo no soy muy supersticiosa, pero… sabía por algunas, que su abuelo hacía cosas relacionadas con brujería y maleficios― Pausó por unos momentos, su garganta produjo un sonido, negó rápidamente con la cabeza. Comenzó a hiperventilar, con ojos paranoides susurró una disculpa y se marchó sin previo aviso.


Días después se supo por otra enfermera, una mujer más joven que hace pocos días sustituyó a la encargada de la habitación 47, que John Maxwell empeoraba en sus demencias… ¡Ahora no era John Maxwell, sino el "Caty-Boy"! ¡Como su abuelo, quien desapareció misteriosamente! En los periódicos aparecía su cara, nunca se supo nada de él. "Don Fred-o" fue el apodo que se ganó por parte de sus compañeros en la estación de bomberos.


―John dice constantemente que no desapareció, sino que se convirtió en un gato negro, por eso insiste en llamarse "Caty-Boy". Además, supe por parte de la psiquiatra, que ese sobrenombre se lo puso su abuelo ―Se cubrió media cara con su mano izquierda, queriendo taponar el horror y preocupación que se deformaban en sus expresiones faciales―. Me dijeron que la enfermera que antes lo atendía renunció, porque una noche escuchó maullidos provenir del cuarto #47. Cuando abrió la puerta no vio a John, John no estaba ahí. En su lugar, había un gato negro con grandes ojos ámbar brillantes― Su mano temblaba ligeramente, oprimió sus labios con fuerza hasta dejarlos pálidos, sus ojos se percibían vagamente acuosos.


Nadie quedó como enfermera de Caty-Boy, así como llega la enfermera de blanco para sustituir a la anterior, se esfuma al otro instante. John sigue ahí. John maúlla, ladra, grazna y pega objetos en el techo. Ah, también tiene una madre sapo, un padre que picotea cráneos y un gato negro como abuelo; quien lo visita cada dos veces al mes, por la noche.
Margot06 de octubre de 2011

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