La existencia de un cielo de perros
donde Yimber ladre y quizás
un día me olfatee
como días pasados, cuando me celaba
Igualmente, se encuentre Ringo
y su gran obediencia
existan cantidades de pelotas de colores
galletas dulces y huesos de sopa, enormes
el vocablo ¡atrápalo! por doquier, pronunciado
amistad a toda prueba, hoy y siempre
ojos benévolos y una nariz muy fría
Posteriormente, en una nubecilla
también viajará Cotufa, mi compañero
con su pelo blanco y sus ojos muy limpios
habrá enseñado por siempre
la palabra amistad, a mi hijo querubín
y nunca dudará que un perro
es un excelente amigo.