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Historias Insospechadas Iii (y Fin)

A paso ligero, sin decir ni una sola palabra, enfilaron calle abajo cogidos aún de la mano. El la seguía unos pasos detrás de ella respirando el perfume que tanto le gustaba y que le llegaba levemente cuando ella movía la cabeza negándose a sí misma el pánico que se acomodó en lo más hondo de sus vísceras unos meses atrás. La decisión estaba tomada y se dejó llevar otra vez por la más profunda inercia de sus instintos carnales.
Llegaron a su casa. Ella apenas atinaba a encajar la llave mientras él la agarraba por la cintura estrellándola contra la pared del pasillo sin dejar que se volviera, recorriéndo su cuerpo a mordiscos, desnudándola, saciando su curiosidad siempre insatisfecha. No recuerda cómo la llevó a la cama, apartando de repente la violencia de su deseo, tumbándola suavemente, mirándola como si fuera su más preciado descubrimiento, acariciándola como si fuera a desvanecerse en cualquier momento, como si quisiera aprender por el tacto cada una de sus curvas y recovecos grabándolos para siempre en sus ardientes huellas dactilares, adentrándose muy lento al principio como si creyera que fuera a romperse.... para acabar devorándose el uno al otro durante toda la noche, tiernamente.... violentamente.....
Ni siquiera recuerda cuándo se quedaron dormidos el uno sobre el otro, exhaustos, agotados, felices.....
Pero al despertar él, abrazado a ella, paseando los dedos sobre su espalda, la miraba con una tristeza infinita, apenas soportable cuando el recuerdo de aquella madrugada aún latía entre las sábanas.
Y le dijo las temidas palabras que ella no le dejó pronunciar la noche antes:
-Hoy sale mi avión para Salvador de Bahía-
La sangre se volvió verde en sus venas, el corazón dejó de latir por unos instantes.....
No quiso ir a despedirlo. No pudo. No tenía fuerzas para enfrentarse al último beso.
Pero esta vez no murió, ni se lamentó, ni se arrepintió ni un sólo intante. Al contrario.... no dudaba en invocar el recuerdo de sus caricias, de sus labios, del peso de su cuerpo perfecto, sin poder evitar al hacerlo estremecerse de deseo......
Y recordó algo que alguien le enseñó hace un tiempo sin poder evitar sonreirse para sus adentros: "todas las canciones tienen un final pero eso no te impide disfrutar de su música".
Marlango8219 de diciembre de 2008

3 Comentarios

  • Diesel

    !Qu? sensual y bello relato, Marlango!., Has `permitido extraer de un momento de dulzura una frase tan enorme como esa del final ("todas las canciones tienen un final pero eso no te impide disfrutar de su m?sica"). Un bestoe amistoso. Has dejado un texto limpio y lleno de m?sica amorosa... !Muy bien!.

    19/12/08 04:12

  • Mejorana

    Me ha gustado el final, aunque todo el relato ha sido un proceso lleno de ternura y sensualidad.
    Tambi?n me ha gustado mucho la moraleja.
    Todas las canciones tienen un final pero eso no te impide disfrutar de su m?sica.
    Ni de su letra, a?adir?a yo.
    Un beso grande Marlango.

    19/12/08 09:12

  • Marlango82

    muchas gracias!!! no todos los finales tienen que ser tristes no? un besazoooo

    20/12/08 09:12

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