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Verdad y Realidad

¿Qué es lo que soy?
Es una de las preguntas que me realizo muy a menudo. Estoy seguro de la sensación que percibo al teclear este texto, las teclas en mis dedos, el sonido que este hace cuando este plástico duro es golpeado, el color blanco de esta página.
Estos símbolos que empleo para plasmar las abstractas ideas que deambulan en mi mente, como voces que van y vienen, acariciando mis sentidos, llenando los espacios huecos con una sensación de temeridad, de curiosidad.
¿Qué es lo que soy, mas allá de esta cruda carne que me mantiene vivo?... todas las ideas, sensaciones, recuerdos, emociones, consciencia e inconsciencia, calor y frio…
Mientras más ahondo más capto la dirección de las mismas… ¿Qué significa ser real?
Real es lo que percibimos, aquello que está al alcance de nuestros sentidos: vista, tacto, audición, gusto y olfato. El olor de la rosa me recuerda a mi amada… puedo sentir sus dulces besos, sus largos y cálidos dedos acariciando, el calor que emana y despoja la soledad…
Mi enemigo, aquel mezquino hombre, avejentado, maltrecho, encorvado, tacaño, antipático, sombrío, cuya presencia perturba la armonía, descolora el aire y hace llorar a los bebes. Su roce es algo que prefiero evitar, su respiración es veneno, su mirada, un puñal, y su aliento, la peste.
Estas dos personas tienen más en común de lo que parece, ambos son seres humanos, personas como cualquier otra. ¿Qué es lo que las hace tan distinguidas?...
Al continuar escarbando hallo una cosa más: la verdad.
La verdad es la totalidad, e individualidad, de todas, y cada una, de las cosas. El aroma mismo del aire, la firmeza de suelo y el aleteo del águila sonando en mis oídos son verdades, ocurren y están ahí. Las sensaciones que ocurren en mi ser son percepciones de la verdad, que la distorsionan en realidad, diferente la mía, la de mi amada, la de mi enemigo, la del sujeto que viaje en medio del atlántico, a miles de kilómetros de distancia de mi asiento.
Más allá de cualquier realidad, más profundo, se halla lo que es verdad… ¿pero que tanto puedo estar seguro?
Para calentar el agua del café, aporto energía… ¿hay algo mas cotidiano, invisible y abstracto que la energía? El calor del sol si es perceptible, la luz baña y da vida al mundo, trabajo para subsistir, consumiéndome al mismo tiempo. ¿Alguien podría dibujar la energía alguna vez?
No, a ella la reconocemos por los cambios del entorno. A Ella le debemos la existencia, es el motor de nuestra sangre, nuestras ideas y emociones, el confort y el agrado… le debemos tanto, y no podemos siquiera percibirla totalmente.
Y puede que en esencia, todo lo que fue, es y será, no sea más que energía en estado puro, transformada en un millar de formas, de incognito, tras cientos de mascaras.
Entonces, me doy cuenta de que todo lo que soy, es energía… el cuerpo físico se convierte en una mentira, una ilusión, una realidad. Ahora no estoy tan seguro de lo que veo, puedo imaginarme inmerso en una sopa de partículas, despedazadas de los cúmulos, que son ajenas para mi… ¿pero que tanto?.
Y como siempre, regreso al principio… ¿Qué soy? ¿Qué es aquello que no es energía, materia (otra mascara de energía)? ¿Qué es lo que lamamos ALMA?
Me pregunto, finalmente, si algún día podre, o si alguien podrá, independizarse de lo que es, esclavo de la percepción.
Quizás el descanso me permita separarme de ella… como sucede siempre, y sin excepción, a todo aquello que posee lo mas inigualable y extraordinario del universo, Vida.
Me gusta pensar, solo para no sentirme acabado, que la muerte no apaga todo de nosotros, que el alma es inmortal, y que, de alguna forma, viviré por siempre. Pero no estoy tan seguro…
Mastera17714 de agosto de 2015

2 Comentarios

  • Paulitinamente

    Yo creo que tus indagaciones van en la buena dirección .
    Saludos

    14/08/15 11:08

  • Mastera177

    grazzie, mio amicci

    19/08/15 02:08

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