Prisionero en las sales pestilentes de este mar devorador,
Sufriendo horribles torturas,
Y padeciendo la incapacidad para amar.
Tirado ausente en el borde de la locura,
Atravesando visiones del infierno
Como una pesadilla
Cabalgando en la tempestad
Tiritando de frío.
Ahogado en la rancia resaca de la mañana,
Sufriendo tu ausencia
Picaneado por los querubines del príncipe oscuro.
Cayendo lento y sin pausa,
Directo al abismo del alma vencida,
De la esperanza derrotada.
Horrorizado del curso sin tregua
De la vida moderna