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Sin Maquillaje

Tengo una enfermedad que ataca de vez en cuando, sobre todo en vacaciones. Una vez me lo diagnosticaron como obsesión compulsiva, una adicción a rumiar, algunos piensan que es nada más que ansiedad. Ansiedad es desde luego. Me despierto por las mañanas con una piedra anudada en el estómago. Tú ya lo sabes.. Y lo entiendes. Y no me juzgas menos por ello. Sabes que te quiero más que a nada. Sabes que siempre te querré. Pero a veces sufro. Tengo obsesiones que me hacen sentir ridículo. En esos momentos me enfado conmigo mismo y me fuerzo a ser feliz. Cosa que por supuesto, nunca funciona. Por lo general, además, yo mismo me pongo la fecha de caducidad de la obsesión, en este caso 2 meses, hasta que me siente en serio a tratar unas diferencias que tengo con un compañero de trabajo, que temo que pueden dar al traste con un proyecto laboral que es muy importante para mí y si se va al traste, ¿de qué vivo? O hasta la primera visita con mi psicóloga. Estoy confundido, tengo dudas de cómo afrontarlo y temo que al hacerlo pueda ponerlo en mi contra y pasarlo mal y que todo se vaya a la mierda. Me he puesto de fecha después de las vacaciones para coger este tema por los cuernos con él y para tratarlo con mi psicóloga, por lo tanto, en mi mente ya he decidido que me voy a pasar dos meses comiéndome la cabeza.
Bueno, vayamos a la historia& ¿Es que hay historia?
Una mañana de mucha ansiedad, la noche anterior había intentado pasármelo bien de fiesta con mi amiga polaca, decido que entre todas las muchas estrategias que me creo para afrontar este problema está compartirlo con la gente hablar de ello que sepan, tengo una enfermedad, suele estar basada en miedos reales pero me obsesiono exageradamente y me ayuda poder compartirlo. Esa es mi enfermedad. Compartirlo, quedando en ridículo. Abrir el alma y después pueden salir otras cosas de mi alma que estaban bloqueadas. La obsesión es un tapón, que no hace que fluyan las cosas.
Bueno, vayamos a la historia. ¿Cómo sería un futuro ideal en el que pudiera compartirlo con mi chica también y que ella lo entendiera?
Básicamente, Nadine sabrá que me pasa esto y sabrá que me pasa especialmente durante las vacaciones. Entonces le diré. Mira, he elegido esta obsesión, no hay nada que puedo hacer para luchar contra ello, salvo dejar de tomar café, hacer ejercicio, hablar de ello cuando pueda.
Entonces tú dirás, no te preocupes, yo te quiero igual. No me enfadaré contigo por estar enfermo.
También me ayudará escribir, tener los 20 minutos de presencia diarios. Es una forma de meditación.
Bien, mira qué sencillo, ¿por qué no vas a poder hacer eso?
El miedo es, ¿dejarás de quererme cuando estoy mal?
¿Dejarás de quererme tú? ¿Juan y Marta? ¿Rasha? ¿Los colegas de aquel volutariado al que iré?

Maxdelirante16 de julio de 2017

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