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Nuestro Desierto

Escuchamos campanadas en medio del desierto. La noche teñida de un azul oscuro, diferentes contrastes. Miles de puntos blancos sobre nosotros. Infinitos, limitados, brillantes, suspendidos en una masa sin aire. Nuestra luna, reflectora del brillo del sol. Nos brinda lo que a ella le fue dado.

Nuestra fogata tiñe. Ilumina su alrededor con tonalidades anaranjadas y amarillentas, como si hubiera sido pintado con acuarelas sobre un lienzo gris y oscuro.

¿Quién sabe? Con un poco de suerte, podrías voltear. No, mejor. Con un poco de suerte, podrías mirar a tu derecha. Donde estoy ahora y antes estuve. Observando.

Te va a sonar incoherente, pero lo considero un privilegio compartir con vos esta fogata. Ver como la luz se posa en tu rostro, haciendo más notoria las profundidades de tus facciones. Y tus ojos, hipnotizados por un fuego danzante. No puedo permitirme ignorar ninguno de tus rasgos, o esos pequeños detalles que consideras tan insignificantes. Si tan sólo supieras tu verdadero valor. Digno de admiración.

Lamento no ser la persona con la que te gustaría estar, compartir esta fogata, este momento tan personal. Pocas almas transitan el desierto, eso lo hace personal. Dos almas, conviviendo, conociéndose en el, intercambiando palabras, pensamientos. Narrando sus pasados y posibles futuros. Todo eso y más lo vuelve personal. No hay nada que te exponga más a la vulnerabilidad como este desierto, nuestro desierto.
Lo estamos cambiando. Llevo noches soñando con paisajes extraños, desiertos pero a la vez, con vida propia. Como un cuadro de Dalí viviendo una realidad paralela, con sus propias reglas físicas.
Agradezco poder conocerte y permitirme hacerlo. Agradezco poder transitar juntos este desierto. Ninguno de los dos lo elegimos, fue un regalo.

Todo lo que se pierda en el fuego, lo encontraremos mañana en las cenizas. Ahora, solo disfrutemos. Analicemos cada centímetro del otro, recordemos cada segundo. Admiremos cada estrella, ya sea que esté ahí o solo se trate de una simple ilusión. Hagamos que valga la pena no olvidar.
Melpura07 de octubre de 2020

3 Comentarios

  • Jvaquero

    "Y tus ojos, hipnotizados por un fuego danzante." con esta frase construye de nuevo el relato, y colócate tú en el centro buscando lugares verdes y frondosos o chimeneas majestuosas donde el fuego crepita mientras te acurrucas bajo una una mantita y eres admirada por la belleza de tus cabellos y de tu mente...

    08/10/20 11:10

  • Jvaquero

    pues claro que te permito agregarlo, el comentario es para ti...

    22/10/20 04:10

  • Melpura

    En ese caso, gracias :) Muchas veces es necesaria la reconstrucción de otro para poder observar una obra de diferentes perspectivas. Ya sea para admirarla o sumergirnos en compadecimientos con ella. Se aprecia mucho, saludos!

    18/11/20 09:11

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