Cambia la vida nuestros pensamientos van y vienen, mientras nuestros sueños vienen y van.
En los malos ratos que nos hace pasar nuestra existencia, anhelamos momentos pasados, momentos sublimes que en aquellos días nos deparó el destino, y pensamos que nunca volverá esa felicidad tan deseada y con la cual regalamos tantas sonrisas. Pero lo que nunca tenemos en cuenta es una gran realidad: y es que esos buenos ratos son sólo el comienzo, la punta de un gran iceberg que con el paso de los años se convertirá en un conjunto de vivencias, emociones y grandes pasiones que harán de nuestra vida la mayor de las aventuras.
Por todo esto, y por mucho más, he de decir que nunca debemos rendirnos, que el dolor sólo nos recuerda que seguimos vivos y, por lo tanto, que estamos en la obligación de seguir luchando por volver a esos buenos momentos, aunque nos resulten utópicos, y aunque sean fugaces, porque merece la pena vivir, pese a las rocas que aparecen en nuestros caminos.
