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Historia de Amor, PasiÓn y Recuerdo...(1)

Se encontraron como estaba previsto. El lugar era ideal para ese encuentro.Se besaron con la pasión acumulada por la espera.
Al rato, él se recostó en la cama, aspirando profundamente el aire fresco que llegaba desde el balcón. Ella lo siguó sentándose sobre la orilla del colchón, el estaba acompañado por el tercer vaso de whisky.

Ese que los conocedores dicen que es el de la sinceridad. Y en ciertas ocasiones, diría yo, el de la estupidez.

No sé si fué el efecto aletargante del alcohol. O si algún traviezo duende apretó el botón de la cámara lenta, pero ésa fué la sensación que tuvo cuando su ropa tocó el piso, al dejarla caer de su mano.

Sus pechos, ahora ya no le quedaban dudas, tenían la consistencia del caucho.

Se acostó boca abajo, en el sentido transversal de la cama. Y el espejo la entregó desde todos los ángulos.

Estaba desnuda, porque la ropa interior no contaba, era tan diminuta que había desaparecido entre sus nalgas, acariciadas, por un lado, por la luz proveniente de la calle, y por el display del equipo de audio, por el otro.

Él encendió un cigarrillo y empezó a seguir el rítmo de la música, tamborileando con sus pies tan atractivos como sus manos.

Describir su estado de ánimo, en ese momento, no le resultaba fácil. Como decirlo? Estaba como extasiada, superada en sus espectativas; como forrada, su piel, por una fina película hecha de una tierna y hormigueante sensación de calor...se sentía embriagada...y no solo por el efecto del whisky.

Él se inclinó hacia ella, y estirando el brazo, comenzó a acariciar su piel, un gatuno ronroneo y un serpenteante vaivén onduló su cuerpo...esa fué la respuesta.

Dejó inmóvil su palma, acunada por el calor de su piel y continuó observándola, de pies a cabeza, tomándose todo el tiempo necesario para decidir por donde empezar a comer de esa mesa tan bién servida.

Ella giró la cabeza y , por sobre su hombro, dijo:

Miki, contame que estás pensando...la verdad.

Cuando le hizo esa bendita pregunta, ya hacía rato que se había apoderado de ella un profundo y alucinado sentir.

Era una maravillosa noche, donde su desnudez y su pasión brotaban al unísono.

Él había logrado llebarla a una órbita más alta...a la ultra pasión, a la superentrega, primero, para después poder arribar a ese ansiado orgasmo, mezcla de un ancestral gemido con el acongojado llanto del placer.

Esa noche, debía transformarse en "la noche", para así, llegar a ser la primera de muchas, y no la única.

Sus almas tenían que confundirse en un enlace de cuerpos cósmico.

El big-bang estallando en sus labios, lenguas y entrepiernas, casi rayando la locura.

continuará...
Movisi01 de julio de 2009

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