Sólo ver su cara, sus ojos decepcionados. O escuchar su voz apagada y sin fuerzas. No hizo falta nada más. Me sentí en sus labios curvados hacia abajo, me vi en sus ojos pequeños y angustiosos, me escuché en su interior diciendo "Quiero escapar de aquí". Y yo no quería escucharle más, pero seguía escupiendo palabras sin sentido, enfadado consigo mismo. Todo lo que decía rebotaba en mí, como si después de salir de su boca volviese a salir por la mía.
De repente, escuché esa frase... esa que tanto me duele al penetrar en mis oídos, esa que, se dice sin sentir... y para sentirla aquí adentro estoy yo: Parece imposible extrañar a alguien a quien nunca has tenido. Duele. Duele, y mucho. No me esperaba esas palabras, ni siquiera sabía por qué seguía escuchando si en mi cabeza retumbaba más el eco de la agonía que otra cosa.
Y finalmente, aquí me tenéis, plasmando mi verdad con un boli sin tinta...
NARAN: Mucho sentimiento, no quiero, opinar a la ligera, temo equivocarme en la percepcci?n de tu escrito; sin embargo hay que admitir que es tan claro como el sentimiento de donde ha nacido.
Un saludo...
Es un texto muy bueno Naran.
Me identifico plenamente con lo que dices.
"Parece imposible extra?ar a alguien a quien nunca has tenido. Duele. Duele, y mucho"