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Iv


Mientras estábamos en plena faena sexual, aquel animal voraz e insaciable, descendía desde la boca consumida hasta los pies dilucidados, justo después de teñirme de orgasmo sumergía en su boca mis dedos. Tenté en preguntarle a ocasiones ¿qué coño crees que haces?, pero sólo era gemidos, y mi cuerpo un amasijo de llaves para abrir todos los portales del universo, menos uno. Su corazón oscuro.

Todos los seres humanos sucumben ante un vicio, no era la excepción (nunca lo fui); y ella alimentaba en demasía la adicción. El diafragma que se contrae y se dilata, la nota de voz “sabes que te voy a amar siempre”, la dopamina alterada. En resumidas cuentas, era tan jodidamente buena en la cama, juré que sus trucos eran magia.

Símil paraíso de enredaderas, en un cerrar de ojos tenia puesta una pechera y una cadena que me permitía apenas un radio de 2metros de distancia entre ella y el mundo. No me interesaba huir de cualquier modo. Todos los espacios se fueron llenando de sexo, la cabina de llamadas a larga distancia, una estación inactiva del metro, la cama de su abuela, el piso, el piso de la oficina, el asiento de atrás del carro, el comedor, el velero en cada tramo. El mar, el piso (maldito piso), con personas o sin ellas. Probamos a jugar debajo de la mesa, mientras entablaba una conversación con el Capitán, ella se escurría como el agua, hasta calar en sus labios la suplica corpórea del perineo que busca el cielo. Con el codo izquierdo apoyado sobre la mesa, le quería mostrar mi palma blanca al Capitan simulando transparencia; aunque ambos sabíamos lo que hacia mi mano derecha perdiendo sus dedos entre el cabello de aquella mujer que se comía mi entrepierna.

Cuando volvía del viaje le descubría pasando su húmeda lengua entre mis falanges, asegurando que se trataba de una reverencia. Sin embargo, sentía la trampa. Ella era terrestre y estaba re-educando mis pies. Demoré tanto en quitarme la ilusión, que mi cuerpo conmovido intento dejar de volar, para caminar a su lado, transformar un ave en un zapato que encontró su par.

El intento se hizo hedor de baño público colándose en el café, en la ropa recién lavada, en la abertura de las paginas de cualquier libro, en la grama,… , llegué a pensar que el olor a mierda que se fermenta o orine que se corre entre las baldosas estaba en mi piel, y, en efecto, lo estaba.

La libertad y la energía, me eran arrebatadas, a duras penas pesaba 40Kilogramos usando ropa de invierno, no es perceptible el daño meciéndose en la cúspide de la vida, ni siquiera cuando se viene en descenso a la velocidad de la luz, sino cuando en medio de un suspiro atónito te encuentras en el fondo del volcán dormido donde se han apagado todas las luces.

¡Puta, no vuelvas!
Narizmojada13 de junio de 2012

4 Comentarios

  • Lambedxirroguen

    Arrebatador texto, con mucho carácter, la historia no cayo en la monotonía en ningún instante, supiste mantener el desenlace hasta el final, en una fina cavilación revelaste su intención, me ha gustado , saludos y bienvenida .

    13/06/12 04:06

  • Narizmojada

    Escribir es esto, revivir las letras, crear formas, hundirte en el negro más negro y sentado en tu silla, notar que algo se ha movido, ha cambiado, con los ojos puestos en la pantalla... Gracias a ti...

    13/06/12 04:06

  • Nereael

    Me ha gustado, es explícito pero lleno de matices, de connotaciones.
    "transformar un ave en un zapato que encontró su par", esto me ha encantado. Y el final, muy bueno:
    "cuando en medio de un suspiro atónito te encuentras en el fondo del volcán dormido donde se han apagado todas las luces."
    Un beso.



    13/06/12 06:06

  • Narizmojada

    Muchas gracias una vez más. Me preocupaba que no fuese explícito, que fuese la única capaz de entenderlo, tengo un aliento.. Gracias.

    13/06/12 10:06

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