Terreno Prohibido.
-Joder, no veo nada, se me ha metido algo en el ojo - dijo ella con los ojos cerrados.
-Haber, déjame ver. - dice él acercándose a ella, la cual no sabia que él se estaba acercando tanto. La agarra de los hombros, como si fuera a abrazarla. - Intenta abrirlos, poco a poco.
-No puedo, me duele. - contesta ella.
-A ver, espera, a ver si con esto va a mejor. - entonces él se acerca, y le sopla un poco en los ojos. Ella se estremece al sentir su aire tan cerca, y los abre poco a poco, ve su rostro un poco borroso, pero él tiene una sonrisa en su rostro. Ella al ver que lo tiene tan cerca, retrocede dos pasos, mientras se friega los ojos de nuevo - ¿Mejor?¿Me ves bien?- le pregunta él acercándose de nuevo a su cara.
-Sí, ya esta. - contesta nerviosa. Vergonzosa.
Silencio, se miran.
-Oye, ¿sabes que tienes unos ojos muy bonitos? - dice él. Eso si que no se lo esperaba ella.
-¿Que? - dice ella.
-Tus ojos, son realmente bonitos. - dice de nuevo él, sonriendo.
-Eso no es verdad. - contesta ella.
-¿Como que no? No me creo que nunca te lo hayan dicho. - le dice él.
-Pues no. Nunca. Son marrones. - le dice ella.
-¿Que tiene que ver que sean marrones?
-Pues que son muy comunes, no tienen nada especial.
-Yo no lo veo así. - dice mientras la mira fijamente. - Unos ojos no son bonitos por el color, si no por lo que transmiten. - le dice él.
"Y ahora es cuando el chico de la película besa a la chica" piensa ella, pero la vida real es distinta, no se puede enamorar del novio de su amiga, terreno prohibido.
