TusTextos

Todo y Nada



Uploaded with ImageShack.us

¿Nunca te has sentido cansado, de mal humor, agotado, confuso.. simplemente sin ganas? ¿Jamás sentiste la desesperación de querer hacer algo pero no poder levantarte? Ya sea emocional o físicamente. Desgraciadamente hay diferencia entre ambas.

Me refiero a eso de estar sentado durante todo el día sin saber en qué gastar tu tiempo. Ver pasar las horas, querer detener las agujas del reloj, pero no saber cómo. Querer hacer, y no poder. Poder hacer, y no querer.

Mientras piensas, te das cuenta que podrías estar haciendo cosas mejores, no lo sé, tal vez pasear al perro, llamar a un amigo.. pintar. No lo se. Simplemente algo. Ahí es cuando te das cuenta y te preguntas "¿qué estoy haciendo?".

Nada.. es una palabra muy grande para tan solo 4 letras, pero, es lo que haces.. Nada. ¿Piensas? ¿En que? "En nada". Ahí es cuando entra la amplitud de la palabra. Esa nada, abarca amigos, familia, situación sentimental, mascotas, planes, recuerdos, sueños, trabajo, estudios, o tal vez el programa de TV que viste la semana pasada. Pero, es más fácil decir "nada". Después de todo son 80 letras contra 4. Podrías decir "Todo" pero.. las consecuencias a esa respuesta son miles de preguntas más que tal vez no estés dispuesto a responder.

Luego de responderte la primera pregunta ("¿qué estoy haciendo?") llega la segunda.. "¿Por qué?". ¿Por qué no paso un tiempo en familia en vez de ignorarlos haciendo "nada"? ¿ Por qué no respondo el mensaje de mi amigo en vez de mirarlo y de nuevo hacer "nada"?.

Simplemente estás sentado o acostado ahí, mirando la nada y pensando en todo. Nada y todo. A la vez.

Cansado.. pero.. ¿de qué? ¿Actividad física? No, no es ese tipo de cansancio.. es más bien, cansado de todo. De gritar y que no escuchen, de caer y levantarte solo. De forzarte a no mirar atrás. De soñar y despertar tan solo para descubrir que todo es mentira. De ahí, llega el cansancio. De esas cosas de las cuales no puedes huir, de las que corres pero siguen estando ahí. No puedes deshacerte de ellas.. por eso piensas. Luego de tanto tiempo de huir, de no mirar, de no recordar, de caer, luego de eso.. te cansas, te cansas de aguantar, por eso solo te sientas y observas la nada. Piensas en todo. Lo que aguantaste y lo que te queda por aguantar. Lo que hiciste y lo que no. Lo que viste, y lo que evitaste. Lo que escuchaste, y lo que ignoraste.

Tal vez quieras llorar, pero no tengas lágrimas. Tal vez quieras gritar, pero será un grito mudo. Tal vez quieras mirar, perote aterre abrir los ojos. Tal vez quieras escuchar, pero.. hay algo que no lo permite.. ¿El cansancio? ¿O el temor de llorar y que te crean debil, de gritar y que nadie esté para oirte, de mirar y que nada sea como lo esperabas, de escuchar palabras sin sentido?.. El miedo de volver a caer.

El miedo, en sus distintas formas, tamaños y colores.. Eso nos detiene, nos deja pensando. Nos deja en la "nada".

Ese estado de neutralidad total y forzada, debe terminar. No puedes ser preso del miedo.. Si piensan que eres débil, demuestrales lo contrario, enséñales tus lágrimas y por cuanto tiempo las has aguantado. Si no te escuchan, alza la voz, grita más fuerte. Si te aterra abrir los ojos, pide ayuda, un emujón, convéncete de ver las cosas como son. Si te caes, levántate, con la cabeza en alto, te sacudes el polvo, te enderezas y si te vuelves a caer.. ¿qué importa? Te levantas de nuevo. ¿O prefieres quedarte en el suelo mientras los demás observan como te derrumbas?

El juego aún no termina.

No pierdas tiempo encerrándote en 4 paredes. No desperdicies tiempo pensando en lo que podría haber sido si.. No malgastes el tiempo, TU tiempo, pensando en "NADA".

Llama a tus amigos, lee un libro, escribe algo.. Escucha música, apréndete mil canciones, dedícaselas a alguien.. No te bloquees. No te encierres. Vive cada momento de tu vida como si fuera el último. Cuando llegue el final sabrás que has vivido.

No esperes a que alguien te invite, invitalo vos. Usa esos momentos de "neutralidad total" para hacer lo que más te guste. No hay límites. (No abuses).

No cometas el error de soñar cosas imposibles estando despierto, a menos que tengas suficiente tiempo libre.

Intenta, esfuérzate en hacer los sueños realidad. Ya sea encontrar el/la indicado/a, o aprender a tocar un instrumento, ¿por qué no?.

No te confundas, soñar no está de más. Pero vivir en una nube.. es inútil. La realidad está acá, bajo tus pies, a tu alrededor, NO en tu cabeza. Sueña cuando estés dormido, duerme cuando no tengas NADA que hacer.

No te des por vencido. Levantate si caes. Y recuerda que un tropesón no es caida, y un tambaleo mucho menos.

Sonrie cada vez que tengas la oportunidad, llora cada vez que sea necesario, grita si nadie te escucha, observa y presta atención. No sueñes maravillas teniendolas justo frente a tus ojos, en cada aterdecer, en cada una de las estrellas, o tal vez, en las personas. ¿Jamás sonreiste a un niño pequeño que lloraba? ¿Jamás te reiste siguiendo una risa contagiosa? ¿Nunca te perdiste en los ojos de alguien? Esas son las pequeñas maravillas. No tienes por qué soñarlas.

Así que, en conclusión, levántate, sal a pasear, inventa algo. Pero jamás, nunca desperdicies tu tiempo. La vida es corta, todos lo saben.



No sé porqué siempre estamos posponiéndolo todo, pero si tuviera que adivinarlo diría que tiene mucho que ver con el miedo; el miedo al fracaso, el miedo al dolor, el miedo al rechazo.

A veces es miedo a tomar una decisión porque... ¿Y si te equivocas y cometes un error sin solución?
Sea lo que sea lo que nos da miedo, una cosa es cierta: Cuando el dolor de no hacer algo es más insoportable que el miedo a hacerlo, es como si cargáramos con una pesada carga. Quien duda está perdido.

No podemos fingir que no nos lo dijeron. Todos hemos oído los proverbios, a los filósofos, a nuestros abuelos advirtiéndonos sobre el tiempo perdido. Hemos oído a los poetas malditos instándonos a vivir el momento. Aunque, a veces, debemos escucharnos a nosotros mismos. Debemos cometer nuestros propios errores. Debemos aprender nuestras propias lecciones. Debemos dejar las posibilidades de hoy bajo la alfombra del mañana hasta que no podamos más, hasta que comprendamos por fin que es mejor saber que preguntarse, que despertar es mejor que dormir, y que fracasar y cometer un error enorme es mucho mejor que no haberlo intentado.



•



¿Recuerdas cuando eras pequeña y creías en los cuentos de hadas? Fantaseabas sobre como sería tu vida, con un vestido blanco y tu príncipe azul llevándote a su castillo sobre las colinas; por la noche te echabas en la cama, cerrabas los ojos y te abandonabas a tu fe.

Santa Claus, el Ratoncito Pérez, el príncipe azul estaban tan cerca que los saboreabas; pero vas creciendo, y un día abres los ojos, y los cuentos de hadas han volado. La mayoría de la gente acude a aquellos en quienes confía. La cuestión es que es difícil dejar que los cuentos de hadas desaparezcan; a casi todo el mundo le queda una mínima esperanza de que un día abrirá los ojos y verá que se han hecho realidad.

Cuando el día llega a su fin, la fe es un misterio, aparece cuando menos te lo esperas.

Es como si un día te dieras cuenta de que los cuentos no son exactamente como habías soñado.

El castillo, puede que no sea un castillo; no es tan importante eso de ser felices para siempre, basta con ser felices en el momento.

A veces, muy de vez en cuando, la gente puede darte una grata sorpresa; de vez en cuando, la gente te deja sin respiración.
Nattyka25 de febrero de 2011

Más de Nattyka

Chat