No fui yo quien dejó sobre tus manos
ese pétalo de rosa, o margarita infantil,
o perla encadenada a un ancla de navío.
Fue esa vida que nos regala el tiempo
y que se acopla al corazón
en el vacío sueño de imaginar constante.

No fui yo quien dejó sobre tu pecho
el verso claro, el tiempo entre las nubes.
Fue la propia inquietud de saber de ti,
de buscarte en la vereda,
de llamarte desde lo alto
para sólo hablarte de amor,
y poco más.

No fui yo quien puso entre tus dedos
el libro de poemas que leías en la noche.
Fue el curso de los ríos atravesados
por corrientes de voz que palpitaban canciones.
Pasado siempre, pasado junto a cualquier norte.
Cansado de remar y presentir mareas...
No fui yo, y tú lo sabes,
quien dibujo esa luna para ti,
para ti, en la ausencia germinal
de cualquier recuerdo ausente.

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2 Comentarios

• 

  Buitrago

  No fui yo quien dejó sobre tu pecho
  el verso claro, el tiempo entre las nubes.
  Fue la propia inquietud de saber de ti,
  de buscarte en la vereda,
  de llamarte desde lo alto
  para sólo hablarte de amor,
  y poco más.
  
  
  Todo genial, tan solo resalto esta estrofa porque es la que mas me ha gustado
  saludos
  
  Antonio

  06/07/12 10:07

• 

  Serge

  No seré yo quien diga que este poema no es una belleza. Realmente eres un maestro de las letras.
  
  Un gusto volverte a leer.
  
  Serge.

  20/07/12 11:07