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Una Sombra Evanescente (1/3)

Bajo la luz de las estrellas una noche me encontraba. Con mis ojos fijos hacia el cielo, como si fuesen un par de espejos. A la hermosa luna llena admiraban reflejando su pálida luz plateada. Y al hacerlo mi mente se perdía desvaneciéndose en el espacio, alucinada por esa luz que me llegaba de tan lejos. La cálida brisa nocturna a manera de saludo mi piel acariciaba. Con suavidad a mis oídos con voz de serpiente algo susurraba. Más mi alma en ese momento fuera de mi cuerpo estaba. Por lo que imposible me era entender lo que ella con seductiva y delirante voz me hablaba. Al parecer no veía que sobre ella como humo mi alma flotaba. Cual ave nocturna que al llegar las sombras sus alas abre. Moviéndose en la penumbra silenciosa emprende el viaje. Lejos, lejos en la oscuridad de la noche me disponía yo ir. Pero cuando iba a partir, mi nombre pronunciado por una mística voz me pareció oír. Y volviendo más rápido que un destello, mi alma como humo fosforescente atravesando mis ojos que eran como espejos líquidos, a mi cuerpo entraba. Si esto fue verdad o no imposible de saberlo me es. Pues como un vapor fulgurante, sobre el aire mi imaginación envuelta en una especie de embriaguez. Como un fluido incandescente movido por el misterio de la noche espectral alucinaba. Con extrañas formas y colores que sólo existen bajo el halo de la noche. Como un rayo de plata líquida la brillante luz de la luna hace que cualquier mente se trastoque. Distorsionando la realidad de cualquier ser humano. Haciendo que cualquier intento de salir del mundo de lo irreal sea en vano. Llevándome incluso al mundo de lo irracional donde nada es imposible. Donde la locura es el rey, cuyo poder en estos dominios es indiscutible. Haciéndome ir de las ilusiones de belleza y placer a los espejismos más oscuros y terribles. Ya nuevamente dentro de mi cuerpo. Del cual me liberé aunque fuese sólo por un momento. Traté de buscar esa voz que mi nombre repetía con tono fascinante e intenso. Pero la noche era oscura y misteriosa, más su oscuridad excitaba mi curiosidad. Y por extraño que parezca en medio de esa tenue oscuridad me sentía en completa libertad. Era tenue porque con plateados y fulgurantes rayos la luna débilmente todo iluminaba. Haciendo que todo bajo ella mágicamente adquiriese cierta fluorescencia. Todo esto simplemente en mi alucinada mente aumentaba mi demencia. Mi nombre nuevamente fue pronunciado al viento. Miré hacia todos lados pero todo parecía estar desierto. Quien es dije, quien pronuncia mi nombre para que sea llevado por el viento. Nadie respondió, en un instante el silencio todo lo absorbió. Me irrité y dije, quien me llama, quien es que entre las sombras habla. Y el silencio fue roto y una apagada, ronca y seca voz que parecía venir de lejos dijo ven. Me exalté y con ira grité, muéstrate quien eres y por qué me llamas. De pronto la cálida brisa que me había acompañado todo ese tiempo cesó. Y en su lugar quedó el silencio y todo a mi alrededor en un instante se enfrió. Un horrible escalofrío seguido por el miedo de mi cuerpo se apoderó. Temblaba de miedo y en silencio bajo la argentosa luz de la luna. El frío traspasando piel y carne torturaba mis huesos sin piedad alguna. Poseído por el miedo y en silencio en medio de la noche esperaba bajo la luna. Mientras el miedo con placer me inmovilizaba. A mi mente llegó lo que la brisa hace un instante decirme intentaba. Pero yo fuera de mi cuerpo extasiado por el encanto de la noche su voz ignoraba. Cuidado, esta noche no es como cualquier otra, en el aire hay algo especial. No se que es pero, siento su oscuro y terrible poder espectral. Huye, huye lejos, vuelve a tu lugar, la cálida brisa hace un momento decírmelo intentaba.
Noctambulus02 de abril de 2012

1 Comentarios

  • Libelle

    Veo qué me hiciste caso . De este modo nos dejas con la intriga y las gammas de más saludos

    03/04/12 07:04

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