Buscando la brisa de un suave
verano.recorriendo calles desiertas
carentes de algùn cuerpo humano
que quiera recorrerlas.
Encontrè aquel viejo àrbol
donde un dìa de sueños de niños
escribì tu nombre, tu nombre y el
mio, fantasias locas, juegos inocentes
llenos de alegrias y amor sin cobardia.
Que tiempos aquellos, donde nada era
imposible. niñes, golosinas , travezuras
blancas dibujando antojos, que cerrando
los ojos se hacian realidad.
Un tren que pasaba por el medio del
patio. montañas y flores, rios, mares
llenos de estrellas y caracolas que te
invitaban a correr y juntarlas, para
armar un bonito collar, escuchando
el sonido del mar.