Aquellas veces cuando se cruzaban nuestras miradas. Me perdía en el verde azulado de tus ojos e imaginaba miles de historias contigo. Pasaba el día con tu mirada en mi mente y pensando en lo feliz que sería contigo. Lo feliz que sería con tus buenos días, tus besos, tus caricias, tus miradas, tus "te quiero", tus abrazos, tus buenas noches, tus manos rozando mi cabello, tus labios besando los mios, tu sonrisa... Lo feliz que seríamos juntos. Serías el niño de mis ojos, te cuidaría, te picaría un poco, te besaría hasta dejarte sin aliento, te abrazaría sin soltarte, estaría contigo en las buenas y en las no tan buenas, te daría consejos, te ayudaría... Siempre a tu lado. A veces, me gusta pensar que llegará el día en el que me abraces por detrás, me gires, me acerques hacia tí, me apartes el pelo de la cara me beses y me susurres al oído que me quieres, lo malo es que cuándo vuelvo a la realidad y me doy cuenta de qué nunca va a pasar, empiezo a reírme de lo patética que soy y poco a poco la risa se va volviendo en lágrimas hasta que me pongo a llorar desconsolademente. Pero aún así no quiero dejar de querete, no quiero olvidarme de ti, porque aunque sea consiente de que nunca serás para mí eres el motivo por el que me levanto todos los días, porque aunque sé que lo nuestro nunca va a ocurrir, por unos minutos imaginando una vida contigo soy feliz.


Posdata: Te Quiero.

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