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Sacrificio

-No se que hacer, DIOS!!! -. Lloraba Marcos a los pies de la camilla de Alba que yacía inmóvil.-

Hacía poco más de dos meses, Marcos era un muchacho común y feliz, muy feliz, con sus 21 años recién cumplidos y de novio con el amor de su vida, prácticamente planeando su boda.

Marcos decidió regalarle algo muy grande a su novia, venía ahorrando desde que se conocieron, hace seis años y más o menos le alcanzaba para comprarle un auto para su aniversario, uno no muy lujoso pero el primero que tendría Alba se lo regalaría él, a los padres no les agradaba mucho la idea pero él sabía cuanto quería su chica un vehículo.

Al fin llegó el gran día, compró un pequeño Fiat, muy bonito y bastante caro, pero con el préstamo que le habían dado en el banco y la plata que le prestaron sus padres lo pudo comprar. Le puso un enorme moño y lo estacionó cuidadosamente frente a la casa por la noche, colgó un pasacalle y la despertó a las doce en punto tirándole piedritas a su ventana.

La joven casi se muere, jamás había recibido un regalo semejante, luego de abrazarse y besarse un largo rato. Manejando su nuevo coche, se dirigieron a un local de comida rápida que todavía se hallaba abierto. Todo fue de maravilla, terminaron de cenar, fueron a orillas de un laguito cercano y luego volvieron a la casa, en el camino charlaron, se abrazaron, etc. Cuando agarraron la autopista, todo estaba despejado y ya amaneciendo, a lo lejos, solo se sentían los bocinazos de un camión, que al aparecer frente a ellos se descontroló, intentaron esquivarlo pero este les dio de frente.

El auto quedó destrozado, el camionero murió, Alba quedó muy grave y Marcos casi ileso solo sufrió leves traumatismos.

La ambulancia vino enseguida, Marcos estuvo unas semanas en terapia intermedia, pero Alba, sufrió graves traumatismos de cráneo y quedó en coma para luego pasar a estado vegetativo.

Y allí estaba el joven, llorando a los pies de la cama de su amada, sin saber que hacer con lo que quedaba de su vida, no sin ella, no la dejaría ir. Pero algo paró sus pensamientos, el doctor poniéndole la mano en el hombro, con voz serena y fría le dijo las palabras más tristes de su vida.

-Mañana a primera hora la vamos a desconectar-.

-Desconectar?-. Preguntó el chico, a pesar de saber exactamente lo que aquello significaba.-No, no pueden, es… No…, no es una licuadora que uno pueda desenchufar y enchufar cuando se le de la gana, no lo voy a permitir, está loco, no la puede…, matar, no a ella, aun es , muy joven-.

El doctor salió sin decir palabra y Marcos quedó solo, envuelto en lágrimas y preguntándose que haría sin el amor de su vida.

-Yo daría todo por ti, lo sabes?-. Le preguntó a Alba teniéndola de la mano y esbozando una triste sonrisa.- Muchos dirán que aun no viví lo suficiente como para decir esto, pero te amo y..., sin ti, ya no quiero, perdóname, pero no soy tan fuerte como vos-.

En ese momento el padre de Alba, acompañado por dos gorilas de seguridad lo sacaron de los pelos del hospital y le prohibieron volver a entrar, el niño que se convirtió en hombre de un día al otro echó en lágrimas gritando el nombre que tanto necesitaba escuchar…

-Aaalbaaaaaaa!!! -.

Al otro día, a las dos de la tarde ya todo estaba listo para desenchufar, como decían los médicos, a la muchacha. En otra parte de la ciudad, en algún baño de un horrendo hotelucho barato, Marcos desplomado en el piso rezaba por Alba. El padre de la chica la besa en la mejilla y el doctor comienza a sacar cables de su cuerpo y a apagar monitores. Marcos abre un frasco de calmantes muy potentes y lo vacía en su mano. El médico mira a los padres y desconecta el aparato que hacía vivir a su hija. Marcos de una sola vez se toma todas las pastillas y se larga a llorar…

-Hoy se ha perdido una vida valiosísima-.Decía el cura en el velorio.-Rezaremos todos por esta alma en pena para que Dios perdone este pecado mortal y que le de la oportunidad de sanar sus penas en el purgatorio…

A lo lejos, detrás de un árbol una muchacha con rasgos aniñados pero ya mayor de edad mira con lágrimas en su rostro y con una ternura absoluta hacia el ataúd.

Lo que el cura no comprendió, era que el muchacho se sacrificó por amor, un amor tan puro como hermoso que no podía terminar de esa manera. Marcos rezó tanto y rogó con tanta fe que Alba sanó, el chico entregó su vida por ella, no le importó irse al infierno, pero no podía soportar la muerte de ella…

Del funeral sale un chico alto, de pelo corto rubio y delgado que va directo a la chica que se halla detrás del árbol.

-Lo siento debías conocerlo, seguro debe haber sido muy buen chico, soy Gabriel-. Dijo dándole la mano.- Que mal que nos conozcamos en estos términos, soy nuevo en el barrio, soy tu vecino-.

Después de ese día, estos chicos no se separaron ni un segundo, a Alba le costó empezar una nueva relación, tardó cuatro años en empezar algo con Gabriel, pero él le hacía acordar tanto a Marcos que con el tiempo se preguntó si por alguna razón mística a su chico se le dio otra oportunidad, tanto fue así que jamás hablaron de sus vidas antes de su primer encuentro, como si ya ambos se dieran cuenta de lo que había sucedido siguieron sus vidas sin mirar atrás.



FIN…

Oil18 de febrero de 2009

1 Comentarios

  • Oil

    Es un poco extenso, pero espero que les guste... Cometen.

    18/02/09 02:02

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