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Ella, la Inentendible

Lo más coherente de todo lo que pueda llegar a escribir, es simplemente inentendible.

Uno a veces busca llegar a algo, aunque la mayoría de las veces logra esquivarlo.
Idas y vueltas infinitas las cuales nunca vamos a poder entender. Hemos pasado noches enteras discrepando con nuestras mentes y nunca supimos entender el ¿por que?
Quizás se nos apagaron horas de sueños, las cuales se sienten en la mañana siguiente aun sin poder deducir.
A tal punto que esa luz cegadora nos lleva a comentarlo con todos nuestros amigos, y aun entre todos no podemos comprender, el accionar de esa arma con doble filo.
Manejamos miles de Hipótesis, y aun así ninguna se acerca. Pareciera que al disparar al cielo, aunque apuntáramos con la mejor de las tecnologías, nunca podremos darle a esa estrella que en noches ciegas nos acompaña. Y pocas veces recordemos que existen estrellas fugaces.
Tal vez sea de día, quizás sea de noche, acaso el cielo este nublado, y nosotros solos busquemos el sol, pero no nos damos cuenta que no hay que buscar.
Alguna vez una persona destaco que para sentir el verdadero amor, todo comienza con un encuentro mágico inentendible, en el cual dos personas de dos ámbitos completamente distintos, que quizás no sean tan distintos, se choquen por accidente.
Ese eventual encuentro que parece irreal, es en el cual muchas personas hoy logran enamorarse, y todavía no se dieron cuenta de lo inhóspito que fue el comienzo de su relación.
Algunos piensan en la edad, otros una realidad, los demás en coincidencias, pero no se dan cuenta de que todos esos detalles lo único que hacen es cohibirnos.
Cohibirnos de explorar las diferencias que a uno pueden atraer, no todo lo que entra en el molde es lo que a veces uno necesita.
Entonces entramos en otra filosofía de otra persona, que se basa en la física, en la ciencia o en lo que fuera, citando que los opuestos se atraen.
Nuevamente es posible que tenga algo de certeza esto, pues quizás uno busca complementarse con otra persona, intenta encontrar lo que le falta para completarse, o esas habilidades que no puede encontrar en su sangre. Tal vez lo imposible para uno, llevado a cabo por otra persona es lo que atrae.
Así podría estar toda la noche buscando explicaciones de donde puede surgir el amor, pero somos seres humanos, tenemos cerebro y como siempre lo único que hacemos es complicar las cosas mas simples de nuestra existencia. Debido a que todos convivimos en una sociedad, y en algún punto estamos privados en poder demostrar todo lo que sentimos, y en las situaciones en las que sentimos.
Situaciones las cuales no pueden estipular un comienzo ni un fin, ya que uno nunca decide dejar de sentir, lo que hace es proponerse alcanzar un fin. Como tampoco puede disponer enamorarse.
Todas estas contradicciones con sentidos pasan en un momento, compartiendo tiempo y lugar. Llevándose a cabo sin que nos demos cuenta, y desencadenando en nuestro interior una explosión, de la que se ven secuelas cuando no hay vuelta atrás.

¿Pero que es lo que nos hace pensar en el amor? ¿Que es lo que nos hace dudar, perder o ganar?
Es ella, la que con una mirada te roba el alma, la que te hace desear la muerte para probar sus labios, por la que en un momento podes dejar de lado tus objetivos para crear nuevos y compartirlos. Mientras más hermosa es, mas endemoniado es el deseo de tenerla.
Esa persona que nunca vamos a poder entender, que en sus vueltas ni ella se entiende, la que quiere blanco y cuando es blanco tiene que ser negro.
La que vive al borde la locura, y con sus complicaciones, nos hacen aun mas fácil caer.
Sin ella no podríamos sentir, no descubriríamos el amor. Ya al nacer comenzamos a enamorarnos de ella, nuestro primer amor, el único incondicional, nuestra madre.
Pero pasan los años, crecemos y sin leer las instrucciones nos damos cuenta que estamos a dentro de un juego difícil de ganar. Nos mentimos a nosotros mismos tratando de entender lo inentendible, otros con mas suerte, algunos rasguñando la desgracia, pero el fin es el mismo.
En ese momento, parados en el medio del desierto la primera gota de agua es la que uno mas disfruta, algunos piensan en obtener más y otros la disfrutan hasta que en la cantimplora solo queda el viento.
Es entonces, cuando uno en la balanza empieza a administrar la felicidad por momentos del amor, el extrañar a una persona, sentir celos de que sea solo para uno, y termina pesando más que una piedra el dolor de perderla.
Pues aunque a algunos se les cruce que el primer amor va a durar toda una vida, es casi imposible en esta época.
Luego de experimentar infinitas sensaciones, el comentario de aquellas travesías por más simples que fueran, en cada uno generan la satisfacción de poder llevar a acabo esa primera misión imposible. Siempre va a permanecer en el recuerdo de cada persona cuan dolorosa, perfecta o lo tanto que género en nuestro interior.
En la suma de consejos, anécdotas y pesadillas cada uno engendra su personalidad, buscando lo mismo, lo distinto o una mezcla de ambos para poder seguir experimentando ese juego que de tan hermoso puede terminar en adicción.
Pero ya no somos chicos, y los dolores de cabeza surgen frecuentemente, no poder comprender el ideal de cada mujer, mientras que el no saber juega sus cartas.
Todo es tan distinto que lo que se pedía antes ya no encuentra lugar en aquellas almas.
Hoy nos encontramos luchando, pidiendo mas a ese mazo sin pozo en el que pocos manejan estrategias y el azar solo sirve para arriesgar.
A veces ganamos sin mostrar las cartas, en otras nos vamos de la mesa sin siquiera poder apostar.
Se hace tan difícil seguir, caminar, andar o como quieras llamarlo, tal vez no lo pienses pero en algún momento todos confrontamos esa realidad de no saber en que lugar estamos parados. No nos engañemos, sentimos eso, al ganar uno se embala y al perder pocos siguen en él. A veces hasta la lujuria cansa y es difícil afrontar la soledad.
Perdemos ese instinto de sentir, el corazón se esconde y solo nos queda lastimar, o quien dice lastimarnos.
De esas lagrimas pocos aprenden, otros riegan cataratas que no disminuyen su caudal.

Luego de pertenecer a esos abismos, se pierde la cobardía, no hay miedo, solo hambre.
En esos momentos se deja de lado el corazón y la mente cobra el protagonismo, se despierta la vista, se ven esos detalles y se ayuda a la memoria, para poder pertenecer a esa batalla.
Acá estamos, todos juntos aunque en distinto canal, vivimos, soñamos y recorremos el camino.
Danos luz y vía libre, déjanos mostrarte en que nos convertimos, no somos nadie pero podemos ser ese que aquel día soñaste. Por que al tratar de comprender, todos pensamos lo mismo. ¿Tan difícil es el camino para conquistarte? No te muestro lo que soy, genero en ti un misterio buscando captar tu atención y aun así en tu mente no puedo entrar.
No me rindo, fijo el pensamiento en vos, hasta mi corazón empieza a necesitarte, sos tan hermosa que ningún diamante es preciado como vos.
Pero mi paciencia se acaba, y termino entendiendo que estos dos desconocidos, solo puedan ser amigos.
¿Amigos? Pero… no me di cuenta que jugando así encontraba esto. ¿Tal vez no fui claro o mis facultades no te atraen? ¿Hice mal en escucharte?
Esas y dos mil preguntas parecidas se nos cruzan una a una en nuestras mentes. Volvemos a perder. Entonces, ¿por que transformamos a ese león en vegetariano?
Dudas y mas dudas, sin explicaciones caminan lentas por nuestras mentes. Perteneces a nuestros sueños y es tan difícil poder comentártelo. Tal vez nos dimos cuenta tarde que nunca contagiaste con la misma mirada del amor. Nos inhibimos de todo y nos perdemos en el cielo cazando estrellas. En la ventana cada cigarrillo que prendemos se apaga al instante en el que encendimos la mecha.
Lidiamos con este enigma que ninguno puede entender, dejando de lado los pensamientos, comenzamos a partir. De nuevo soltamos las riendas y cualquier colectivo nos deja bien parados, si el destino es la orilla del mar mejor.
Se acabaron los pensamientos y la tranquilidad emergió de la nada.
Como ella, una nueva súbdita de nuestros sentimientos se acerco hacia nuestros ojos.
Depende de nosotros verla y de nosotros también depende dejar ese lugar.
Cambiar la ventana por la puerta, dejando de ver el mundo y saliendo a la luz nuevamente.
Pero no todo es tan fácil, cuando te dispones a comenzar, ella que antes buscaba escucharte, hoy se sienta a que la escuches, a que la mires con esos ojos que ya no tenes.
No nos confundimos, no nos mentimos, es tan extraño pensar que lo que antes nos era imposible, hoy se hizo realidad.
Tenes que elegir, tenes que apostar, y al mismo tiempo que nos sentamos en la mesa, no llegamos a mirar al crupier que solo se enciende un cigarrillo.
Más de uno cree que el último tren paso, más de una vez este pasa de nuevo.
No comprendemos, no entendemos por que hay que contender nuevamente con la mente, si todo estaba tan claro. Son las claves de nuestras elecciones las que nos marcan nuestro destino, posiblemente nos equivoquemos, pero siempre lo que suma es la experiencia.
Experiencia que acabo con la divisiones, y nos hizo dar cuenta de cada uno de esos detalles, que hoy son sólo pizcas de esta vida en la que buscamos ser felices.
Nunca supimos entenderlas, en ningún momento pudimos darnos cuenta de que iban a hacer, ¿Acaso en algún momento pudimos darnos cuenta que camino iban a tomar?
Después de tantos cafés, llegamos a ese final. Dejamos de pensar, dejamos de perseguirnos y dejamos de intentar pertenecer a su cabeza. Dejamos de ser leones, caza recompensas, súbditos, reyes.
Nos compramos dos remos y comenzamos a remar sin que nos importara el final ni como se llegaba a ese punto.
Por fin dejamos de planear, y empezamos a amar. Sin ninguna razón ni motivo nos perdimos en su sonrisa, solo nos queda tratar de que nunca se apague su luz.
Junto a ella solo buscamos perder la razón, transformarnos en un loco que no escuche otra voz. Llévanos a ese viaje sin destino en el que nada pueda comprender, sabes que nunca logramos ser completamente felices, tampoco lo intentamos, solo hacenos creer.
Aunque otra vez me toque perder, solo te pido no me mientas. Y si lo nuestro se termina, como ella apareció, hay otra que en nuestra estadía ciega, estuvo tocando la puerta.
Pamfleto16 de octubre de 2008

1 Comentarios

  • Mejorana

    Es un texto de gran inter?s solo que un poco largo.
    Me ha gustado.

    17/10/08 01:10

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