A base de golpes y vodka aprendí a esconder sin esfuerzo todo lo que delataba que podía dañarme, todos los motivos que pudieran hacer creer que tenía sentimientos, ya sabes, aprendí a fingir ser de puro acero, a que cuando dirigieran las miradas directamente a mis ojos dudaran de que fuera humano. Suena bastante fuerte pero no te asustes, muchísimas personas que conoces viven fingiendo, solo que cada uno esconde la parte que quiere, la más débil o la más jodida. El problema es que ahora llegas tú y todo lo que aprendí se esfumó, ahora no hay forma de volver a meter mi corazón tras el maldito escudo. El problema es que me estoy enamorando y esa droga nunca supe como sobrellevarla, ni me queda vodka en la nevera. Estoy empezando a azucarar el café porque me recuerda a la dulzura de tu voz, así como un idiota. Me estoy enamorando de ti y no tengo ninguna canción que me diga lo que hacer, ni heridas totalmente cerradas que puedan aconsejarme por experiencia. No tengo nada más que un paquete de tabaco negro y el idiota de mi corazón destrozado empujándome a ir por ti.

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