Estoy atrapada. No puedo salir. No tengo salida.
Con la mirada perdida, busco una puerta, una salida.
No veo nada. Empiezo a correr velozmente, no pienso en nada.
Solo de salir huyendo de ese laberinto sin salida.
Me tropiezo con una roca afilada y mi sangre se empieza a derramar lentamente por mi rodilla.
Me levanto y sigo buscando mi salida.
No encuentro ninguna...
A lo lejos veo algo, no se exactamente que es. Me acerco poco a poco y dibiso una puerta. Me llene de esperanzas.
A escasos metros desaparece la puerta delante mi.
¿Qué ha pasado?. Me quedo boquiabierta...
¿Me estoy volviendo loca?
Aí no había nada, solo metros y metros de hierba rodeandome. Solo eso.
Me sente en la hierba y comenzé a delirar. Tenía frío.
No sé que me estaba pasando exactamente.
Una puerta que aparecía y desaparecía.
Comenzé a pensar. Dando mil vueltas a mi cabeza.
Creo que tenia la respuesta...
Esa puerta desaparecía porque no tengo confianza en mí. Dudo de mi misma. Solo había una opción. Confiar en mi y salir de ese laberinto aterrador que cada día me estaba abrumando más y más...