Era un pueblo pequeño sin apenas habitantes y aparentemente muy tranquilo, aunque entre aquella gente parecía haber algo diferente que en otros lugares que yo conocía, era como si entre ellos se conocieran mejor que en otros sitios, como si se sintieran entre ellos, si hablabas con dos personas al mismo tiempo las miradas entre ellos no dejaban de sucederse aunque aparentemente no se conocieran en exceso, lo que allá sucedía no lo sabría explicar de ninguna manera ya que no lo entendía y por más que preguntaba no me daban más que explicaciones tontas como (en este pueblo somos así por que nos conocemos mucho por vernos a diario) pero yo sabía que era algo más fuerte y que nadie me lo explicaría así que me dispuse a investigar con cierto sigilo para no llamar la atención de aquella gente que me tenia fascinado. En los siguientes días intente observarlos hablando sin ser visto y encontré algo que me asusto de una manera casi absurda, al hablar entre ellos no se contaban nada más que los detalles externos, era como si lo interno o mejor dicho lo que ellos pensaban ya lo sabían. Fue entonces cuando lo entendí seria por la cercanía de las casas o de sus habitantes pero en aquel pueblo la gente parecía leerse el pensamiento los unos a los otros ya que conmigo no lo hacían o eso creía yo o sino ya me habrían descubierto. Pasados los días y concluida mi estancia allí cuando ya disponía a irme una mujer mayor se acercó a mí y me dijo al oído (sabes nuestro secreto pero nadie te creerá jamás) yo me quede blanco ya que aunque yo lo sabia no creía que conmigo funcionara igual, me fui de aquel lugar asustado y horrorizado por lo que había escuchado.
