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Condenada Cap. Ii

CONDENADA
POR SER MADRE DEL SÍNDROME DE DOWN

CAPÍTULO II
Lucía visitó varias de esas páginas web de crédito al instante, para conseguir el dinero que su, todavía, marido había gastado. No lo puede creer. El cabrón de Matías había usado la póliza que tenía firmada para cualquier eventualidad de las niñas, en juergas y drogas. Ahora no sólo no tenía absolutamente nada, sino que además le debía al banco tres millones de pesetas. ¡Bueno! Dieciocho mil euros, que todavía no se aclara con esto de la moneda comunitaria. Está atacada. No solo no le aceptan en ninguna de esas financieras, sino que tras llamar a su hermano para pedirle dinero, éste le contesta con una incoherente y poca trabajada escusa, negándole el favor.
Beatriz está en el colegio y Olga todavía duerme. Por lo menos no tiene que fingir. Está muy nerviosa y asustada, pero no quiere que las niñas le noten nada. Pese a cualquier cosa, está la felicidad de sus hijas. El síndrome de Down que sufre las dos, actúa como un manto cautelar que las mantiene un poco ajenas de este mundo lleno de injusticias. Llaman al teléfono.
- ¿Sí, dígame?
- ¿La señora Lucía?
- Sí, soy yo.
- Soy Micaela, la dueña de la casa.
- ¡Hola Doña Micaela! Disculpe que me haya retrasado en el pago del mes pasado, pero es que el Asistente Social sólo me dio para comprar las cosas de las niñas. Ni siquiera me quedó para comprarle unos deportes nuevos. Los que tiene están para tirarlos y…
- ¡A ver si me explico con suficiente claridad! Sus problemas no me interesan. Mi único problema es que me page el alquiler de la casa donde vive, que es la mía. Así que arrégleselas como pueda, pero si el viernes no me paga lo atrasado mas el mes que corre…me veré obligada a echarla de mi casa.
- Pero señora, yo no puedo trabajar. Si lo hago ¿quién cuida de las niñas? Solo tengo lo que me dan en Cáritas y el ayuntamiento…y no da para todo.
- Le vuelvo a decir que ese no es mi problema. Tiene hasta el viernes. Que conste que está avisada.
No dio tiempo a nada más. Tras la última palabra pronunciada por la casera, un pitido enlatado y discontinuo se hizo dueño del teléfono. Lucía cuelga con energía y Olga comenzó a llamar su atención de la única forma que sabe, llorando. Lo hace de una forma que parece que le falta la respiración. Agitada y descontroladamente. Lucía la coge en brazos y le sisea. La mece y la sisea. Ella también llora, pero por otros motivos. Llora de impotencia, de cansancio, por sentirse sola y desatendida por todos. Porque no sabe cómo afrontar la situación. Porque todo se le escapa de las manos.
La habitación se hace eco de los llantos perdidos. Las paredes de aquella afligida casa les rinden tributo, y las envuelve con un silencio ensordecedor. Lucía con su hija en brazos, cae rendida por el cansancio y la desesperación.
Lucía juega con sus dos niñas. Beatriz llegó del colegio y tras el almuerzo y la mini siesta, ahora necesitan del calor de su madre. Y eso es lo último que ella les negará a sus dos luceros. Juegan a la Oca. Le gusta jugar a este juego de mesa para aprovechar los colores y las casillas y enseñarles muchas cosas. La madre aprovecha cualquier oportunidad para aleccionar a sus hijas al tiempo que juegan. Esos son los bellos momentos por los que merece la pena vivir. La felicidad no existe. No es un estado de gracia. Es un estado de ánimo. Son fugaces momentos en los que sientes como el universo entero se postra ante ti. Sólo durante unos segundos, pero unos segundos que compensan una vida entera. Saber vivir esos momentos, es la llave para abrir la puerta a un mundo inexplorado. Un mundo que siempre espera cualquier oportunidad para ser invadido, pero para ello debemos estar expectantes y saber ver esas oportunidades que la vida te da. Y éste es uno de esos momentos en los que lo daría todo, para que durase eternamente.

Continuará
© Francisco González Bretones 15 febrero 2009
El Arqueólogo
Peico16 de febrero de 2009

5 Comentarios

  • Voltereta

    Tal vez excesivamente melodram?tico, pero en el fondo se palpa que es real como la vida misma, me esta haciendo sentir muy triste tu relato, pero francamente me esta enganchando.

    Un saludo Peico.

    16/02/09 11:02

  • Desterrada

    un tema muy delicado e importante para la sociedad.

    17/02/09 01:02

  • Nemo

    Una madre en una situci?n l?mite en donde se ver?an afectadas sus hijas... no se, es capaz de todo... pienso yo...
    Veamos que hace...
    Saludos Peico!!

    18/02/09 04:02

  • Peico

    Muchas gracias a todos por seguir mis escritos. Es todo un ejercicio de generosidad por vuestra parte. Creo que tengo muchas cosa para compartir, y me es muy grato saber que adem?s gustan. Un abrazo a todos.

    18/02/09 06:02

  • Danae

    Real como la vida misma, y tiernamente emotiva esta lucha denodada de Luc?a enfrent?ndose con la injusticia familiar y social por el bien de la feliz sipervivencia f?sica y emocional de sus hijas. Seguir? leyendo, sabr?s de mi ... Un abrazo, Peico, muy bien ...

    08/03/09 07:03

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